Los golpes del gobierno sobre los magros bolsillos de los jubilados se suceden uno tras otro. Ahora, aprovechando la ley de Presupuesto dictada por el FMI -y en consonancia con su orientación de ajuste-, pretende reducir casi un 15% los haberes de los nuevos jubilados y pensionados patagónicos, con la reducción del 40 al 20 por ciento en el plus que cobran por el mayor costo de vida en las provincias sureñas. 

Además, se propone introducir un recorte al beneficio de la denominada Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) -hoy en $6.900- que cobran aquellos que han llegado a la edad jubilatoria y aún no tienen los 30 años mínimos de aportes como para poder retirarse. 

A partir de la puesta en vigencia de la ley de Presupuesto les estaría prohibido trabajar, tanto en relación de dependencia como por cuenta propia, como si fuera posible mantenerse con ese dinero, que apenas alcanza al 25% del valor de la canasta del jubilado y, además, les cercena la posibilidad de completar los 30 años de aportes para llegar a una jubilación plena. 

Pero esta alternativa fue justamente incorporada al aprobarse el beneficio para que quienes recibían la PUAM tuvieran la posibilidad de poder seguir aportando al Anses, con trabajos fijos o eventuales, hasta completar los años de aportes. 

En la voluminosa ley de Presupuesto, apta para ocultar todo tipo de maniobras, los trabajadores que se jubilen o pasen a cobrar pensiones en las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, La Pampa, Tierra del Fuego y el partido bonaerense de Carmen de Patagones, recibirán solo un20% de plus respecto de los haberes generales, cuando el propio Indec reconoce que el costo de vida en la Patagonia es, lejos, el más alto del país. Además, en el mismo articulado se plantea una reducción al 30% del adicional en las asignaciones familiares para los nuevos beneficiarios.

Todos estos recortes se dan en el marco de la brutal caída que han sufrido los haberes jubilatorios (y los salarios) que, en el curso del último año, han tenido aumentos por un total del 19,2% mientras la inflación rondó el 30% y la canasta de los jubilados se ha incrementado aún más. 

Los gobernadores patagónicos, con los K o ex K a la cabeza, han sido adalides del ajuste en los salarios y jubilaciones. Así, la gobernadora santacruceña Alicia Kirchner, ha lanzado una provocación proponiendo, por segundo año, aumentos de salarios y previsionales miserables a los que se sumarán estos nuevos golpes si las modificaciones resultan aprobadas.

En el marco de los acuerdos con el gobierno para votarle el presupuesto del FMI, los gobernadores “opositores” acompañan los ajustes que involucra la ley presupuestaria. Son corresponsables del retroceso en los ingresos y la calidad de vida de trabajadores, jubilados y pensionados de sus provincias.

Los trabajadores y los jubilados tienen por delante una lucha común para enfrentar este ajuste. Los patagónicos, que han dado muestras de resistencia a los ataques del macrismo y los gobernadores, deberán encarar una acción común para ponerle límites a la barbarie a la cual quieren llevar el oficialismo y la “oposición”.

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