Políticas

20/4/2006|942

Ocupaciones de tierras en la Villa 21


En Barracas, en el corazón de la Villa 21-24, se está desarrollando la ocupación de tierras más importante de los últimos años en la ciudad. Desde hace dos semanas, más de setecientas familias están ocupando un largo cinturón de tierras ociosas que se extiende desde la calle Iriarte hasta el Riachuelo. La mayoría provienen de la propia 21-24. Si fueron por nuevas tierras, es porque la posibilidad de una vivienda en sus barrios anteriores les había sido sistemáticamente negada.


 


“Yo alquilo desde hace años. Estoy anotada desde hace mucho en la Mutual para acceder a una casa, pero no pasa nada”. La vecina que conversó con nosotros se refería a la “Mutual Flor de Ceibo”, la organización que hace quince años se hizo cargo de los terrenos fiscales de la Villa para —supuestamente— titularizarlos y urbanizarlos. En todo ese tiempo, la “Mutual” y los gobiernos de turno construyeron ¡280! viviendas, en una villa donde hay 7.000 familias. Pero incluso buena parte de esas escasas viviendas nuevas terminaron en manos de propietarios ajenos a la Villa.


 


Mientras tanto, el titular de la Mutual, Guillermo Villar, armó su propio negocio inmobiliario. Entre estos curros, se destaca la compra-venta de casas o piezas destruidas en la propia Villa. “Tengo acá un recibo de tres mil quinientos pesos que le pagué a la Mutual por una vivienda usada y destruida. Me estafaron, por eso terminé aquí”, nos decía otro de los ocupantes.


 


El “Flaco” Villar estuvo con todos los gobiernos de turno. Pero su fidelidad fue particularmente intensa con Aníbal Ibarra: coaccionando a los vecinos, fue uno de los principales “animadores” de las marchas “truchas” contra su destitución. Ahora, dice que la ocupación de tierras “dificulta una urbanización”… que él —y todos los gobiernos que apoyó— fueron incapaces de concretar. La gran toma de tierras de estos días es, esencialmente, resultado de ese fracaso.


 


Debutó D’Elía


 


La toma de tierras en Barracas ha coincidido con la asunción de Luis D’Elía como “secretario de Hábitat” del gobierno kirchnerista. Y sirvió para demostrar a qué viene el piKetero: en su conferencia de prensa inaugural, acusó “al macrismo y al Polo Obrero” por las ocupaciones de la Villa 21. A su lado, asentían Villar y Chancalay (puntero de la Villa 20). D’Elía no perdió un minuto en reclamar que las tierras sean “desalojadas sin violencia”; en otras palabras, en alertar a los vecinos que si no las dejan por las buenas él bregará —Aníbal Fernández mediante— para hacerlo con la Infantería.


 


D’Elía es un experto en convertir las luchas populares en “conspiraciones políticas”. Hizo lo mismo, hace dos meses, con la gran lucha de Las Heras. Pero en un punto, el piquetrucho no se equivoca: el Polo Obrero está defendiendo, con todas sus fuerzas, a los compañeros del asentamiento. Rechazamos cualquier intento de desalojo y exigimos que todas sus familias sean censadas de inmediato por el Estado, que se les entreguen los materiales necesarios para sus viviendas y se aseguren en el menor tiempo posible todos los servicios básicos.