Políticas

4/2/1999|616

Ocupemos las fábricas con los trabajadores brasileños

Los escribas a sueldo dicen que la Argentina se ‘diferencia’ de Brasil.


¿En qué, preguntamos?


¿Tenemos menos despedidos y desocupados que ellos? No.


¿Menos reducción de salarios? No.


¿Menos bancarrotas? No.


Curiosamente, Menem y Cardoso se anotan a su favor que no hay ‘corrida bancaria’. Pero Menem no dice, a diferencia de Cardoso, que ello se debe a que las AFJP están obligadas por ley a mantener la plata en bancos o títulos públicos, es decir que ponen en riesgo la plata de los aportes obreros, no los de sus dueños, permitiendo a los bancos sacarla del país.


Brasil podría sufrir una caída del 5 al 10% de su producto interno e incluso puede llegar al 15%. A la Argentina ‘diferenciada’ le pronostican el 4%, que puede irse incluso al 20% si Brasil toca fondo.


Pero no se trata de la Argentina o de Brasil, se trata del capitalismo mundial; la mitad de los países está ya en recesión; el comercio mundial ha caído en un 2% por primera vez desde la guerra. Para salir de la miseria y de la pendiente del derrumbe, hay que superar al capitalismo.


A pesar de la burocracia de los sindicatos, los compañeros de las automotrices de Brasil están en campaña para ocupar las fábricas. Si actúan en forma conjunta tienen la victoria asegurada. Reivindican el reparto de las horas de trabajo.


Es el camino que tenemos que seguir los argentinos, y no sólo en la industria automotriz. Basta de despidos. Unidos a los brasileños somos imparables.


Organicemos reuniones, asambleas, marchas, en la perspectiva de las ocupaciones contra los despidos. Ningún despido, reparto de las horas de trabajo con un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.


Que se reintegren al trabajo todos los desocupados, mediante el reparto nacional de las horas de trabajo.