Políticas

9/12/2010|1158

Presupuesto 2011 de la Provincia de Buenos Aires: Oficialistas y opositores unidos contra los bonaerenses

La Legislatura bonaerense acaba de aprobar el Presupuesto 2011. A diferencia de lo ocurrido con el Presupuesto nacional, en el caso de la provincia se selló un acuerdo. “El gobernador Daniel Scioli quería dar una señal política contundente. Por ejemplo, un Presupuesto 2011 aprobado por consenso, marcando así sutiles diferencias con la imposibilidad de hacerlo en la Nación, que va rumbo a la prórroga de las partidas 2010” (Urgente 24).

Con excepción de la Coalición Cívica, todas las fuerzas de la oposición terminaron poniendo el gancho. Nos referimos a la UCR y el PRO, aunque el GEN de Margarita Stolbizer no faltó al convite.

Este Presupuesto es demostrativo de la orientación social que preside el accionar de los partidos y bloques políticos de la burguesía.

Se convalidó el impuestazo contra la clase media y la mayoría de la población trabajadora. El Presupuesto incluye un aumento del inmobiliario urbano de 5 de las 6 millones de viviendas (las únicas exceptuadas son las de la franja de viviendas más precarias). Como contrapartida, se recortó el incremento del inmobiliario rural, que quedó reducido a una ínfima expresión. Quedaron, incluso, eximidos de pagarlos las zonas afectadas por sequías, a pesar de que dicha situación climática ya hace tiempo que ha sido revertida.

Mientras se renuncia a echar mano de los recursos que la provincia dispone, sí se aprobó alegremente ampliar el endeudamiento en otros 2.000 millones de pesos, con lo cual el endeudamiento total sube a los 10.600 millones de pesos. Los especuladores, agradecidos, pues la provincia viene emitiendo títulos muy codiciados, los que tienen tasas usurarias que se acercan al 12 por ciento.

Los nuevos recursos provenientes tanto del impuestazo como de este nuevo hipotecamiento no tienen como destinatarios los gastos sociales y, menos aún, los trabajadores del Estado. Esta previsto apenas un aumento del ¡6 por ciento! Es decir, una colosal confiscación. Por más que los funcionarios se atajan acerca de reajuste posteriores, no hay dudas de que el gobierno ha querido dar una señal inequívoca de que pretende avanzar en el ajuste. Aunque dicho ajuste no ha llegado a las dietas de los parlamentarios, quienes han recibido un incremento del 20 por ciento. La austeridad tiene como propósito oficiar de prenda de garantía para los acreedores de la deuda, los que quieren asegurarse que cobraran en tiempo y forma. La austeridad tampoco llega a la patria contratista, pues el presupuesto ha reservado un aumento de 700 millones en materia de seguridad y 1.000 millones a los municipios, los cuales servirán para alimentar toda clase de negociados.

La frutilla del postre es que Scioli se ha reservado el manejo de los excedentes del IPS, que es el equivalente a la Anses. En otras palabras, al igual que en la Nación, el superávit servirá como reaseguro de los especuladores, mientras la caja previsional de la provincia se llena de títulos basura.

Estamos en presencia de un Presupuesto de guerra contra el pueblo de la provincia. En oposición al programa que consagra el nuevo presupuesto, el cual tiene la bendición de oficialistas y opositores, opongamos nuestra agenda: salario y jubilación mínima igual a la canasta familiar; trabajo genuino, en blanco y pase a planta o al convenio principal de contratados y tercerizados, triplicación de los presupuestos de salud, educación; plan de obras publicas y de viviendas populares. No al impuestazo. Actualización del inmobiliario rural de acuerdo a precios de mercado e impuesto extraordinario a las empresas e industrias radicadas en la provincia. Por un plan integral de industrialización y de salida general, elaborado por un Congreso de Trabajadores, que coloque en primer lugar las necesidades populares.