Políticas

7/7/2005|907

Olivera no es sólo candidato de Carrio

Elisa Carrió presentó la candidatura de Enrique Olivera a legislador porteño como un gesto de “amplitud” política y de consideración a los “valores morales” del candidato. Olivera integró el directorio de la Fiat y del Banco Francés, y fue también vicejefe de gobierno de De la Rúa. Representa, por lo tanto, las coimas del Senado, el negociado de la Rural y el “megacanje” de la deuda, entre otros hechos.


Con este prontuario a cuestas, Olivera defiende la necesidad de un ingreso que determine “un piso de ciudadanía, para liberar a los pobres del clientelismo”. Ese “piso” para Olivera y para Carrió vale, sin embargo, menos que una canasta de indigencia. Al igual que en Inglaterra de finales del siglo XVIII, cuando la “ley de pobres” arrojó a las masas a una horrible miseria, porque estaba diseñada para forzarlas a contratarse a precio vil en la industria capitalista naciente, el “ingreso mínimo ciudadano” de Carrió y su compañero pretende eliminar todo obstáculo para que los contratistas conchaben mano de obra barata por largas jornadas de trabajo, sin pagar ninguna clase de contribución social. Es por este programa que “el propio (Alberto) Fernández había analizado convocar a Olivera (como candidato), pero Elisa Carrió se le anticipó” (La Nación, 4/6).


La “gobernabilidad”  de la Ciudad


La convocatoria a Olivera se relaciona con otra cuestión crucial, la de la “gobernabilidad de la Ciudad”. Con Olivera, Carrió ha colocado en oferta mucho más que un legislador porteño. El delarruista es ya un candidato firme a la vicepresidencia primera de la futura Legislatura y, por lo tanto, potencial jefe de gobierno si Ibarra y Telerman fueran destituidos. De ahí los lamentos de Fernández por no haberlo llevado en su lista.


Parecen distintos, pero…