El joven Fabián Pereyra, de Orán, fue asesinado en septiembre pasado por integrantes de la agencia de seguridad Search, rentada por el Ingenio El Tabacal.

 

Fabián, de 18 años, sufría de desnutrición grave. Sobrevivía robando naranjas. Por eso fue asesinado.

 

Desde el asesinato, los familiares de Fabián, con el respaldo del Partido Obrero de Orán, no han cesado de reclamar el castigo de los responsables de este crimen.

 

El principal responsable es la patronal del Ingenio, el pulpo Seabord. El Ingenio es una suerte de “zona liberada”: explota masivamente mano de obra infantil en condiciones de virtual esclavitud, como lo denunció públicamente Josefa Cardozo, concejal del PO de Orán. El mismo ingenio recurrió a las patotas y a los métodos terroristas para desalojar a los campesinos de Río Blanco.

 

La política oficial ha sido, desde el primer día, encubrir la responsabilidad de la patronal. Guillermo Jakulica, el gerente del Ingenio, es el presidente de la Unión Industrial de Salta. El diputado Lara Gros, uno de los principales dirigentes del partido renovador, fue apoderado legal de la empresa y, aún hoy, continúa ligado a ella como asesor.

 

Pero frente a la brutalidad del crimen y la movilización de los familiares, la justicia ha resuelto procesar a ocho integrantes de la agencia de seguridad que trabaja para El Tabacal. Sin embargo, la política de encubrimiento sigue en pie.

 

El procesamiento de los autores materiales del asesinato es una conquista de la movilización popular. Pero los matones son, apenas, unos “perejiles”. Hay que seguirla para asesgurar que sean condenados el verdadero responsable del crimen de Fabián Pereyra: la patronal de El Tabacal.