En los hospitales de la Ciudad hay un estado huelguístico. Todos los días, en distintos hospitales hay asambleas, salen al paro, ganan las calles.

El miércoles 17 de marzo, una marcha de ochocientos trabajadores de salud –enfermeras, camilleros, técnicos de laboratorio, médicos, residentes, psicólogos–  se concentraron ante Jefatura de Gobierno para reclamar:

¡Pago Ya! de los sueldos adeudados a 12.000 municipales (basta de verso con los “errores” en la liquidación de sueldos). Insumos, equipamiento, nombramientos, aumento de salarios. Se repudió el intento de cierre del hospital Lagleyze y se rechazó el cierre de éste o de cualquier otro establecimiento – la agenda macrista incluye el cierre del Rivadavia, el Borda, el Moyano y la compactación del Udaondo, el Ferrer y el Muñiz.

Se comprometieron a volver muchos más.

Las medidas de protesta combinan a los trabajadores de Sutecba, sectores de médicos, activistas de ATE y trabajadores sin afiliación gremial. Algunas, muy fuertes como las de los trabajadores del Lagleyze –que ocupan el hospital contra el cierre– o el Argerich o el Durand, que mantuvieron el paro por varios días; la maternidad Sardá –que hizo punta con paros y movilización callejera en el mes de enero y ahora avanza hacia la asamblea general hospitalaria–; el Ramos Mejía, con paro y corte de calle; el Gutiérrez con paro de 24 horas; el Penna, el Curie, el Udaondo…

Todos con iniciativa propia, sobrepasando el freno de los gremios que los nuclean.
Las direcciones gremiales no están a la altura de los acontecimientos ni de los reclamos.

Desde paros que se levantan a las pocas horas a cambio de promesas que no se cumplen (Sutecba), a estados de “alerta y movilización” que pretenden ocultar la complicidad con la gestión de turno (Médicos Municipales), pasando por medidas judiciales que le hacen cosquillas a la ofensiva oficial. No tienen voluntad de organizar una lucha de conjunto.

Las paritarias en curso, negociadas por Sutecba y Médicos Municipales, transcurren en la clandestinidad, de espaldas a las bases que deberían votar los pliegos de reclamos y elegir a los paritarios.

Hay que superar estas limitaciones, tomar el toro por las astas y promover una movilización unificada, unitaria y masiva del conjunto de los trabajadores de todos los gremios de la salud municipal, para terminar definitivamente con el derrumbe del hospital y la salud pública.

Tribuna de Salud y Estatales en Lucha proponen: organicemos asambleas unitarias con cese de actividades, en todos los hospitales, de los trabajadores de salud de todos los gremios afiliados y no afiliados; sin distinción de títulos o categorías. Formemos interhospitalarias zonales.

Confluyamos en un paro general y una gran marcha blanca de todos los hospitales a la Jefatura de Gobierno porteño.