Políticas

18/8/2005|913

Oscuras cajas paralelas

Candidato a Senador por el FUT-Partido Obrero

Nunca se intentó explicar desde el poder político la salida del país de los famosos 500 millones, obtenidos a cambio de la privatización de YPF, realizada con un petróleo a doce dólares, mientras ahora vale 65 dólares.


Respuestas ocasionales y contradictorias, como la de “protegerse” de una crisis ocurrida siete años más tarde, o la de crear un fondo “anticíclico” (no utilizado como tal en 2001), no satisfacen a ningún espíritu mínimamente inquieto.


Durante muchos años, la más absoluta oscuridad rodeó el manejo de estos dineros en el exterior, y de tanto en tanto se anunciaba la “inclusión en los presupuestos” de partes menores de aquellas gigantescas sumas.


Mientras tanto, gracias al mecanismo de transformar un ingreso “corriente” en “extrapresupuestario” y depositarlo en el exterior, se eludió toda forma de control sobre la administración del dinero y se evadió el pago de la coparticipación que les correspondía a los municipios.


Muchos han creído ver en esto una “falta de transparencia”, pero los que venimos denunciando desde su origen esta situación proponemos un análisis más profundo, que nos muestra que el verdadero y único sentido de sacar el dinero del país era poder colocarlo fuera del control de legalidad correspondiente; es decir, la constitución de una oscura caja paralela.


Así las cosas, aparece el anuncio del “retorno” de los 500 millones, para alegría de algún intendente “ingenuo” y para enojo de otros que reclamamos una rendición de cuentas completa como debe realizar en circunstancias similares cualquier kiosquero, o cualquier club.


Lo que nadie podía imaginar era que el operativo “retorno” era otra monumental estafa, ya que por un lado los únicos fondos transferidos fueron 154.000 dólares y, por el otro lado, la cámara le ha dado al gobernador “superpoderes” para que aun dentro del país los fondos sigan siendo extrapresupuestarios, vale decir que seguirán siendo una caja paralela fuera de control.


Ya no hay que extrañarse de nada, porque el método de los “fondos fiduciarios” que se ha generalizado en el país, constituye por sí mismo un meKanismo de manejo disKrecional del erario públiKo…


Los fondos públicos se gestionan en forma privada y el Estado se transforma en “ocasional banquero” para favorecer los negociados de algún grupo capitalista. A eso algunos mediocres le llaman “inversión productiva”.


Todo indica que esas mimadas aves que vienen en verano a Cabo Vírgenes, han perdido cualquier rastro de vergüenza…, desmintiendo con pruebas dignas de mejor causa, que se trate de un “pájaro bobo”…


Naturalmente, la solución no pasa por culpabilizar a las aves, sino por terminar con un régimen capitalista que arrastra en su decadencia la más sofisticada forma de corrupción.