Políticas

18/7/2013|1277

Othacehé miente, Sabbatella claudica ¿Unidos y organizados?

El intendente de Merlo, Raúl Othacehé, se ha dedicado enfáticamente en estas últimas semanas a refutar la versión del diario Clarín que afirma que "Othacehé puso cuatro listas con gente propia en la primaria del Frente Renovador". Su empeño en desmentir a la "Corpo" no hace más que confirmar que el intendente puso huevos en todas las canastas: todas las listas del PJ, incluidas las del massismo, llevan a nivel local gente de Othacehé. Esto le garantiza, con independencia de los resultados electorales generales, un Concejo Deliberante adicto y afín a su política totalitaria.


Su estrategia no deja de expresar una crisis de fondo. En las últimas elecciones, ni el más aceitado aparato de punteros y patotas pudo evitar el corte de boletas a nivel local. Esta expresión de repudio a Othacehé, parcialmente contenida en sus resultados, es una tendencia en ascenso que plantea todo un desafió para nosotros, la izquierda.


El sabbatellismo, por su parte, ha claudicado en su disputa con Othacehé. La amenaza del intendente de irse con Massa habría sido la razón por la cual Sabbatella bajó las listas en Merlo. De tal suerte que, para evitar el hundimiento del "proyecto nacional y popular", los Unidos y Organizados terminan apoyando a filo fascistas que gobiernan con la patota.


Pero no es sólo el apoyo implícito, también el sabbatellismo se ha integrado al othacehismo en las listas del FpV: en la lista de diputados nacionales, van mancomunados Mónica Arnaldi de Othacehé (la esposa del intendente) y el sabbatellista Adrián Grana. La lista de senadores provinciales la encabeza un “pollo” de Othacehé, Alejandro Urdampilleta, mientras que el tercer lugar lo ocupa Mónica Macha, esposa de Sabbatella.


Hace rato que el creciente vacío político del kirchnerismo lo ha llevado a recalar en los sectores más reaccionarios del rejunte K, como Gildo Insfrán o Gerardo Martínez. Pero ningún progresista se puede dar por sorprendido, ya que fue el mismísimo Néstor Kirchner, allá por 2003, quien dejó pagando a frepasistas y radicales, desencantados de la Alianza, que habían impulsado su campaña para abrazarse al siempre seguro aparato de Othacehé. De 2007 al presente, el único camino que ha recorrido Nuevo Encuentro es el de la disolución como "espacio" y su creciente integración al kirchnerismo: a los Ishii, los Curto y los Othacehé.