Pacto de ibarristas, kirchneristas y macristas contra las libertades
El jueves 19, todos a la legislatura
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El desmoronamiento de la sesión legislativa del pasado 4 de agosto sacó a la luz la fractura de los principales bloques patronales de la Ciudad, comenzando por el macrismo. Pero puso de relieve, también, la existencia de una componenda para aprobar, con “amplio consenso”, el Código Contravencional.
El sector más recalcitrante del macrismo -una mezcla de agentes de la Federal, del clero y de capitalistas del juego- se opuso a la reducción de la edad de imputabilidad de 18 a 16 años. Se trataba, precisamente, de la cuestión que el otro sector del macrismo -integrado por representantes directos de las ONG y fundaciones capitalistas- había resuelto concederle a los diputados ibarristas, kirchneristas y del ARI a cambio, claro está, de que luego se avance en los puntos más “ríspidos” del proyecto: la penalización de la venta ambulante, de la "oferta y demanda de sexo” y de los piquetes y movilizaciones callejeras. En torno de este “consenso”, los progresistas y transversales porteños están cerrando un acuerdo con esa fracción del macrismo.
Las rutas del “consenso”
Los diputados “progresistas” han optado por “discutir los términos” del Código. Miguel Talento (kirchnerista) propugna “zonas rojas definidas institucionalmente” frente a las “actuales zonas rojas de hecho manejadas por la Policía”. Laura Moresi (ibarrista) plantea que se penalice la oferta de sexo sólo si al “vecino que le molesta llama a la Policía, y ahí se le dé intervención al fiscal” (La Nación, 10/8). Del mismo modo, proponen regimentar la venta ambulante, pero sin caer en el “extremo” del decomiso. Estas “consideraciones” progresistas no alteran, sin embargo, la médula reaccionaria del nuevo Código. Para sus impulsores, importa mucho “qué o quién hará cumplir la norma”, es decir, la existencia de un aparato policial facultado para esgrimir el Código como su herramienta legal. Precisamente, la Policía comunitaria —los 500 efectivos de la Federal que se dedicarán a las contravenciones- “estará funcionando antes de fin de año” (ídem). El Código le otorgará a este nuevo aparato de represión su instrumento para reforzar las extorsiones, como lo hace hoy la Federal.
Quebrar el Código reaccionario
En el “consenso” no se ha dicho una palabra, todavía, sobre las restricciones a piquetes y movilizaciones. Ibarra, de todos modos, se pronuncia todos los días a favor del “orden en la ciudad”, es decir que llegado el punto —y consensuado el 90% del Código— prestarían el quórum para “perder” en una votación ajustada, donde el macrismo haga el “trabajo sucio” de votar contra el derecho a ganar las calles.
Las movilizaciones contra el Código —y su inclusión en la agenda piquetera- han reforzado la deliberación popular. Hay que apoyarse en estas tendencias para una movilización que se proponga quebrar el Código reaccionario y mandarlo definitivamente “a archivo”. Por eso, el jueves 19 —día previsto para continuar su tratamiento- marcharemos a la Legislatura.