Pagan la deuda externa con los depósitos del “corralito”
Además, licúan en un 80% los ahorros
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Todos los analistas económicos han ocultado que el gobierno de Duhalde se las ha ingeniado para pagarle a los bancos el 100% de la “impagable” deuda pública externa que tienen en su poder, por unos 20.000 millones de dólares.
La operación consiste en ofrecerles a los ahorristas atrapados en el corralito la posibilidad de “recuperar” sus depósitos en dólares con un bono en dólares a 10 años y una tasa de interés del 2% anual. Ese bono se comenzará a devolver a partir del 2004 en 8 cuotas anuales hasta el 2012. Otra variante es un bono en dólares a 10 años con una tasa de interés variable, pero en este caso, el capital como el interés se pagarían en el 2012.
Ante la opción de ver pesificado el ahorro con una pérdida inicial del 50% en dólares, muchos ahorristas podrían verse forzados a “elegir” estos bonos. Si los venden deberán sufrir un descuento del 60, 70 u 80%. Si, por otro lado, deciden cobrarlos cuando venzan, corren el riesgo de un nuevo “default”, quita o cualquier otro tipo de confiscación futura; el hecho de que sólo devenguen el 2% anual significa de por sí una quita de su valor (porque la tasa internacional es el doble).
Con esto el Estado pasa a ser, para los ahorristas, el deudor de sus depósitos. ¿Y los bancos? Con el canje compulsivo de los depósitos por bonos públicos, el deudor del ahorrista deja de ser el banco y pasa a ser el gobierno. La deuda privada se transforma en pública. A cambio de esto, los bancos ceden los títulos de la deuda pública externa que tienen en su poder. De este modo, los bancos se cobran de una vez toda la deuda externa con la plata de los ahorristas encerrada en el corralito.
La cosa no termina aquí, sin embargo, porque mientras están en poder de los bancos, esos títulos de la deuda devengan el 7% anual y a los ahorristas se les propone pagar el 2%. En 10 años, ese 7% anual acumulado representa un 97% de interés sobre el capital. En cambio, en 10 años, el 2% anual acumulativo para los ahorristas es apenas el 22%. El Estado licúa la deuda externa, no a costa de los bancos. Sí de los ahorristas.
El Cronista reconoce en un editorial (8/3) que la llamada opción del bono en dólares “en realidad es una operación por la que el ahorrista escapa del corralito bancario para convertirse en tenedor de títulos públicos. Es decir, en forzoso inversor de lo que sería el mayor mercado de renta fija de Latinoamérica, y uno de los que presenta el riesgo más elevado (…) Para el gobierno y para los bancos, los bonos también son la solución ideal. Si bien para las entidades significa un achicamiento de su negocio genuino, también representa una limpieza de su cartera de deuda pública, porque los nuevos títulos que recibirá el ahorrista proceden de la deuda pública que hoy están en manos de bancos y AFJP. Y para el gobierno es una oportunidad para cambiar de acreedores (minoristas en vez de institucionales) y aligerar las condiciones de la deuda”.
Como se ve, el ahorrista no escapa al corralito sino que es utilizado por el Estado para la maniobra de “limpiarle” a los bancos los bonos basura del Estado en bancarrota al 100% de su valor y pasárselos a los ahorristas, en condiciones ruinosas (por el menor interés que devenga, lo que disminuye aún más el valor presente de esos bonos basura y por su elevadísimo plazo de vencimiento).
Todo esto demuestra que en medio de la peor crisis financiera, el gobierno de Duhalde se las arregla para salir en socorro de la banca, “honrar” el pago de la deuda y confiscar a los pequeños ahorristas.
¡¿No sería una solución más fácil, sencilla y barata, confiscar a la banca y a las AFJP y poner en marcha al país bajo control de los trabajadores?!