Políticas

25/5/2020

Pandemia en Quilmes, Florencio Varela, Berazategui: aumenta la acción policial, falta agua

Los últimos datos publicados dan cuenta de 92 infectados de coronavirus en Florencio Varela, 64 en Berazategui y 236 en Quilmes; la suma de los fallecidos es de 16. Podemos sostener que la abrumadora mayoría de los contagios tienen lugar entre trabajadores de la salud, el transporte, la construcción, el gremio de la carne, recolectores de residuos, y en barrios cuya infraestructura edilicia, la falta de asfalto, los arroyos infectados, la ausencia de agua potable y el hacinamiento habitacional los convierten en propagadores de este virus.


Un dato de sumo interés es el contenido de las declaraciones de Andrés Watson, intendente de Florencio Varela, quien responsabilizó a Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno porteño (Cambiemos), por la apertura de comercios en virtud de que esto habría aumentado el traslado de habitantes del Conurbano bonaerense a la Ciudad de Buenos Aires para cumplir sus actividades laborales. Esto, debido a que tres de los últimos nueve casos en su distrito eran trabajadores en tal condición. Desde luego que olvidó la hermandad evidenciada entre el presidente, Alberto Fernández, el gobernador, Axel Kicillof y Larreta en esa decisión, y también que sus colegas del Frente de Todos habían autorizado habilitar industrias no esenciales, favoreciendo a las patronales en detrimento de la salud de los trabajadores, incluyéndolo al propio Watson (Techint, Calviño, etc.).Todo lo cual revela que quienes realmente violan la cuarentena son el gobierno nacional, el bonaerense y el intendente Watson.


Testeos para militarizar las villas miseria y asentamientos


Lo interesante de todo esto es que, tal como el Partido Obrero viene denunciando, el discurso de Alberto Fernández lo ha ratificado y los hechos lo constatan con una fuerza incontrastable, las villas miseria y los asentamientos son los más golpeados por este flagelo que golpea impiadosamente, pero que lo hace en forma fundamental y concentrada entre los oprimidos y explotados. En Villa Azul, que abarca los municipios de Quilmes y Avellaneda, luego de un testeo encabezado por los intendentes Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi, Sergio Berni (ministro de Seguridad de la provincia), Andrés Larroque (ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense) y Nicolás Kreplak (ministro de Salud de la provincia) encontraron 53 personas infectadas, y en la villa lindante (Villa Itatí) unos 13. ¿Y luego del testeo? ¿Agua, plan de viviendas, asfalto, comida, empleo? Nada de eso, solo la militarización del barrio. En este contexto, organizadores de una olla popular de la villa denunciaron falta de agua por una extensión de casi una semana.


En el Barrio Pepsi de Florencio Varela (Bosques) se acaban de detectar casos de coronavirus, lo cual ha obligado a interrumpir la olla popular que se realizaba en la puerta de la escuela primaria 34 por quince días, un hecho que revela que también las escuelas son potenciales focos de infección para los docentes y auxiliares.


En este cuadro catastrófico, en el que todos los recursos deben estar dirigidos a la lucha para vencer a la pandemia y las causas de su propagación (hacinamiento, la falta de agua potable, miseria, desocupación), tanto Kicillof, como Fernández, utilizan los recursos para renegociar con los acreedores el pago de miles de millones de dólares. Elegir entre la vida y la muerte, es pagar o no pagar la deuda externa; subsidiar al capital o cobrarle un impuesto progresivo; prohibir los despidos o darles vía libre; reducir los salarios o aumentarlos de acuerdo al costo de vida y la canasta familiar.


Hay que buscar una salida de fondo cuyo primer paso en Quilmes, Varela, Berazategui, en el Conurbano y en todo el país, es poner en pie a los habitantes de los barrios, a los trabajadores, para organizar comités de lucha contra la pandemia cuyo programa debe incluir que se vayan la policía, el ejército y todas las fuerzas represivas; en forma perentoria garantizar el acceso al agua potable; un plan de viviendas; provisión de alcohol en gel y barbijos y un seguro al desocupado de $30.000. La lucha contra la pandemia es, en definitiva, la lucha contra la crisis del capital, donde Quilmes, Varela, Berazategui, no son más que un triste y lacerante espejo.