Políticas

22/10/2016

Para las petroleras sí se reabren las paritarias

El gobierno autoriza otro aumento en los combustibles. Será el cuarto en lo que va del año.
 


El gobierno se apresta a anunciar un nuevo aumento en el precio de los combustibles del 7%, que regiría desde el próximo 1° de noviembre y alcanzaría tanto a las naftas como al gasoil, según sostuvo el titular de la cámara que agrupa a los propietarios de estaciones de servicio.


Así, el precio de los combustibles tendría una suba, desde enero pasado, que alcanzaría a poco menos del 40 por ciento, llevando la nafta súper, en la Capital  Federal, a más de $19 y a un precio mayor en el resto del país.


Es decir que, sin dudarlo, el gobierno les concedería a las petroleras –incluso por adelantado- el porcentaje que alcanzaría la inflación a lo largo del 2016, pero se niega a reabrir las paritarias que, en la mayoría de los casos, fueron firmadas por porcentajes que están entre 10 y 20 puntos por debajo del alza de los precios.


Pero, además, las productoras de combustibles se benefician con un descuento en el precio del crudo que compran, a partir de un acuerdo suscripto en agosto pasado. El mismo estipula una baja de 2% ese mes, de 4% en setiembre y de 6% en octubre sobre el valor del barril.


Es decir que la diferencia en los porcentuales de ingresos de los productores de combustible supera holgadamente el cálculo estimado de inflación para este año.


El gobierno “explica” que la negativa a reabrir las paritarias y a compensar  el deterioro de los salarios por la inflación con el cínico argumento de que así se evitaría que haya un impulso a los precios de los bienes que se producen en el país.


Pero el gasoil, que sube al mismo ritmo que las naftas, es el combustible consumido por el transporte vinculado a la actividad productiva y, por lo tanto una parte de sus costos. Un nuevo aumento en ese combustible va a ser trasladado inmediatamente a los precios, es decir que va a ser un impulsor de la inflación que el gobierno se ufana de haber “controlado”.


Del propio riñón del PRO salió un reconocimiento de la arbitrariedad del aumento. El diputado del partido oficial, Héctor Gutiérrez, planteó hace pocos días que en la Argentina "tenemos uno de los combustibles más caros del mundo. En EE.UU. vale el equivalente a 8 pesos argentinos" por litro.


El titular de la cámara de estacioneros, que adelantó el dato del aumento, sostuvo que éste será "seguramente" el último incremento de 2016, pero advirtió que es "una incógnita" lo que ocurrirá el año próximo: "dependerá de la inflación, el precio del petróleo internacional y el tipo de cambio”.  Con una devaluación del 60% y el precio internacional del barril en caída, para los capitalistas, con la inflación no se pierde; para los trabajadores, sí.


No al aumento en los combustibles. Sí a la reapertura de las paritarias.