Políticas

28/4/2011|1174

Para Verbitsky es una pelea entre Techint y las automotrices

En una nueva saga de sus ataques a Techint, el oficialista Verbitsky se refiere al reclamo de Kiciloff de “precios diferenciales y positivos para la industria argentina”, como las “chapas planas, un insumo básico para la industria automotriz” (Página/12, 24/4). Para Verbitsky esto equivale a quedar “dependiendo de una asociación con el capital transnacional, como el automotriz” (ídem). O sea que, contra la pretensión en contrario de la Presidenta, bajo los K “gobiernan las corporaciones” (Altamira, Prensa Obrera, 21/4). El columnista, en definitiva, admite que la crisis con el pulpo Techint es funcional a los intereses de otros pulpos, los automotrices, tan subsidiados y parasitarios como los del grupo Rocca, puesto que no fabrican nada sino que arman los componentes fabricados en otro lado.

Por lo tanto, “la alianza con sectores sociales” de la que hace alarde el gobierno se refiere a Telefónica, Fiat, Barrick o Repsol. Los directores de La Cámpora son la fuerza de choque de esa orientación. Ratazzi, presidente de la Fiat, apoyó recientemente la propuesta de un lobby empresario K, con el concurso de Aluar, para que el próximo presidente de la UIA fuera designado por elección directa y evitar así la designación que correspondía a un hombre de Techint. Pero como ni La Cámpora ni el gobierno quieren reducir los beneficios de Techint, el energúmeno de Moreno acaba de liberar el precio de la chapa, luego de un intento fracasado de congelarlo.

La crisis con Techint se reduce, entonces, a lo siguiente -según surge de los dichos de Verbitsky-: Techint no quiere en su directorio a los agentes de las automotrices.