El paro de 3 horas resuelto por Fatsa (Federación de Trabajadores de la Sanidad) tuvo una gran repercusión mediática. A pesar del carácter maniatado de la medida, que incluso contaba con aval patronal, el paro tuvo como característica un apoyo y participación masiva.

La expresión independiente estuvo marcada por los cortes de calles que se dieron por iniciativa de las bases. Así trabajadores y trabajadoras del Dupuytren y el Español cortaron avenida Belgrano, les compañeres del Italiano hicieron lo mismo sobre Perón, y lo propio garantizaron les compñares del Franchin sobre la calle Mitre. También la participación fue masiva en Los Arcos. En general el sector más abandonado para garantizar la medida fue enfermería, quienes tenían que garantizar guardias mínimas y en muchos establecimientos fueron abandonados a su suerte. En provincia de Buenos Aires la medida tuvo menos agitación que en CABA.

La actividad de la burocracia sindical Celeste y Blanca estuvo signada por el clásico de batucada y volanteada, en algunos establecimientos reivindicaron que esta sea “el primer paro de Sanidad en 20 años”: a confesión de partes, relevo de pruebas.

El carácter vertical del paro, con apoyo patronal y la venia del gobierno, sin embargo, chocó contra la necesidad de les trabajadores de establecer un plan de lucha para lograr el objetivo de un salario digno para quienes enfrentan la pandemia desde el día uno. Vale aclarar que este paro es para reclamar el atraso en el salario real del 2020. En la mayoría de los establecimientos está planteada la necesidad de asambleas reales. El único establecimiento que realizó una asamblea participativa fue la del Hospital Italiano, dirigida por la Agrupación Bordó que votó un salario real de bolsillo de 85 mil pesos.

Otro indicador de la limitación que puso la burocracia es que Laboratorios Medicinales, que también es de sanidad, no fue parte de la medida.

Conciliación obligatoria y cómo seguimos

Como era previsible el gobierno nacional, a través del Ministerio de Trabajo, convocó a conciliación obligatoria. Más previsible aun era el acatamiento servil de la Celeste y Blanca, suspendiendo así el paro escalonado que anunciaban por la tele pero del que nada dijeron en las “reuniones informativas”.

La conciliación obligatoria pretende aplacar la energía que se demostró en el paro por parte de les compañeres en la medida. Hay una conciencia general de que, más allá de la burocracia Celeste y Blanca de Daer y su parálisis durante décadas, el paro como medida es necesario y hay que profundizarlo. El Partido Obrero y la Naranja de Sanidad están empeñados en profundizar las medidas de lucha por un salario de bolsillo de 85 mil pesos para la categoría más baja. Reclamemos asambleas para continuar el plan de lucha. El destino de la pandemia está en nuestras manos desde el punto sanitario, también está en nuestras manos derrotar a las patronales que quieren descargar la crisis económica sobre nuestras espaldas.