Políticas

23/4/2009|1080

Paro nacional de docentes universitarios

Del 15 al 17 de abril, los docentes de 33 universidades nacionales paramos por un 30% de aumento salarial de emergencia, en el camino de alcanzar el salario básico equivalente a la canasta familiar y el nomenclador, salario para los más de 15.000 docentes ad honorem (es decir, que trabajan gratis), de la aprobación del proyecto de jubilación del 82% móvil que está en Diputados, de estabilidad laboral (el 70% no goza de ninguna estabilidad) y de aumento presupuestario de emergencia en el camino de lograr la triplicación del presupuesto universitario.

Ha comenzado un nuevo ciclo lectivo y la situación de la universidad se mantiene en estado crítico. Por un lado, el presupuesto votado en el Congreso a fines del año pasado – cercano a los 8.000 millones de pesos–  no alcanza ni siquiera para pagar el salario de todos los trabajadores universitarios. Ni hablar de asignarle un salario a los ad honorem. Por el otro, la crisis mundial que debutó en Argentina con miles de suspensiones y despidos, en varios de los sectores productivos y de servicios también expresa sus ecos en el sector educativo.

En este marco, el paro fue política y gremialmente muy importante, y constituyó un principio de quiebre (una vez más) de la política del gobierno y de las sucesivas maniobras de sus agentes.

Originalmente, el paro fue convocado por la Conadu Histórica frente a la falta de respuesta del gobierno nacional y de los rectores en la paritaria. Paralelamente, la Conadu (dirigida por una burocracia afín al gobierno nacional) decidió emplazar al gobierno… ¡con una solicitada! Y la cegetista Fedun siguió en silencio…

Pero ante el creciente reclamo de los docentes, la Conadu tuvo que convocar también a parar los días 15 y 16. A esto se sumaron otras asociaciones sindicales de docentes (incluso la de Villa María, enrolada en la Fedun).

El paro del movimiento docente universitario resultó unitario a pesar de los intentos de bloqueo y desorganización de las burocracias (Conadu y Fedun, ambas K), que llamaron confusionistamente a algunos días de paro y no a otros. También es el triunfo del movimiento docente sobre la izquierda sojera (PCR y MST), que intentó maniobrar para anudar el paro docente universitario a los intereses de las patronales del campo y de la oposición devaluacionista, pero que se opuso (junto con los sectores de la CTA) a reclamar a la CTA un congreso de delegados de base con mandato, para poner en pie un plan de lucha  y un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.

Desde la Agrupación Nacional Naranja de Docentes Universitarios proponemos a la Conadu Histórica que organice una gran marcha nacional universitaria, nucleando a todos aquellos dispuestos a luchar por el pliego reivindicativo y el programa y a que coordine las medidas nacionales de acción directa.

Fabiola Ferro