Paro petrolero en Chubut y Santa Cruz

Vamos por 8.500 pesos del básico de convenio


Los petroleros privados de Santa Cruz y Chubut comenzaron un paro el 23 de diciembre, en principio por 36 horas, en reclamo de una suba salarial de alrededor del 30 por ciento.


 


Es el primer paro del gremio de base en Santa Cruz desde que fue normalizado en noviembre, después de dos años de intervención. La decisión fue tomada en un plenario de la Comisión Directiva, luego de que el Sindicato de Jerárquicos anunciara una medida de fuerza. La medida de fuerza se realizó impidiendo el ingreso del personal a los yacimientos y solicitando que quienes se encontraran en los pozos dejaran sus puestos de trabajo.


 


Como respuesta, la cámara empresaria sólo ofreció dos cuotas de 3.300 pesos no remunerativos y por única vez. Pero, como expresaban los obreros en los trailers, entre turno y turno, con 10.800 pesos no se puede vivir.


 


Hace dos años que los petroleros no reciben una suba en sus haberes. La última suma no remunerativa fue de 25.000 pesos en cinco cuotas. Con básicos que alcanzan para un operario de producción los 3.300 pesos, el recibo es un manifiesto de sumas en negro, no remunerativas y adicionales.


 


Los petroleros piden un aumento “en blanco” que afecte ítems como: adicional por zona, diferencial por turno, horas extras que se calculen en función del básico, presentismo y antigüedad.


 


Un aumento al básico, como se está reclamando, pone en vigencia la urgente eliminación de los topes en las asignaciones familiares y la anulación del impuesto al salario, para que este último no se lleve los aumentos.


 


El paro petrolero, un sector considerado de “sueldos altos”, deja de manifiesto que la inflación se ha comido hasta los recientes precios “congelados” y llama a la deliberación de todo el movimiento obrero para reabrir las paritarias.


 


Conciliación y después


 


El 24 de diciembre, el gobierno llamó a conciliación obligatoria y la continuidad de las negociaciones para el 26.


 


Allí, la YPF “nacional y popular” es una de las operadoras más duras y pretende digitar la mesa de negociación. El gobierno, que es también patrón a través de YPF, quiere imponer topes salariales a partir de paritarias amañadas, como ya lo hicieron en 2012 con resoluciones del Ministerio de Trabajo, otorgando sólo sumas fijas y en cuotas.


 


Por eso, mientras da aumento “por zona” y plata al sindicato en Neuquén, para favorecer la inversión de Chevron en Vaca Muerta, intenta poner un tope al resto de los petroleros de la Patagonia. Es el mismo gobierno que defiende los intereses de las multinacionales y encarcela trabajadores -como los petroleros de Las Heras.


 


El acuerdo de Neuquén también demuestra la necesidad de mantener la independencia tanto de la burocracia nacional de la Federación como la de la patagónica del “Caballo” Pereyra.


 


Los petroleros de Santa Cruz no pueden dejar de considerar que en el Directorio de YPF, Peralta tiene dos directores: Ivovich, el jefe de Gabinete que representa las acciones de la provincia, y Soloaga, el comisionado de Fomento de Cañadón Seco por el Supe. Cuando se trata de aplicar el ajuste sobre los derechos de los trabajadores, los “kirchneristas” y “pejotistas” no tienen diferencias.


 


En definitiva, las operadoras siguieron ofreciendo sumas en negro de 3.300 pesos en enero y 3.300 para febrero; mientras los gremios habían solicitado empezar con un 13 al 15% para estos meses y seguir las negociaciones en marzo.


 


Ante el fracaso de las negociaciones, los sindicatos Petroleros de Chubut y Santa Cruz, así como el gremio de Jerárquicos que abarca las dos provincias, decidieron un paro por tiempo indeterminado a partir de las 20 horas del 27 de diciembre.


 


El sábado 28 de diciembre, a las 14 horas, se realizó una asamblea general en Pico Truncado para informar sobre los pormenores de las negociaciones.


 


La asamblea


 


La asamblea fue un trámite para que la nueva Comisión Directiva hiciera aprobar el acuerdo ya acordado con las cámaras patronales y los sindicatos de Chubut y Jerárquicos.


 


Participaron cerca de 1.000 trabajadores y no hubo moción en contra para aprobar el acuerdo. Vidal pidió disculpas por el método de decisión del paro y la falta de difusión de la convocatoria a asamblea, excusándose en la falta de delegados en las empresas.


 


Doce mil pesos de suma fija por única vez, pagaderos en tres cuotas de cuatro mil cada una, durante los sueldos de enero, febrero y marzo, y que el piso para empezar a discutir el salario en febrero sea de un 13 por ciento de aumento al sueldo básico. Esto es lo que aceptaron los petroleros en la asamblea del Bridasaurio (Pico Truncado), el sábado por la tarde.


 


Los trabajadores que vieron lo obtenido como un paso adelante, teniendo en cuenta que hasta hace un mes no tenían ni sindicato para discutir salarios.


 


Sectores de la Lista Verde, que se habrían ligado ahora a Federación a través de prebendas en la Obra Social, intentaron bastardear la asamblea e impulsaron “acampes y escraches” al sindicato a través de un grupo de desocupados que habían reclutado con promesas de trabajo durante la campaña electoral. El grueso de los obreros ha dado la espalda a estos sectores, los que se han burocratizado sin siquiera haber llegado a ser conducción.


 


Un método y un programa


 


La asamblea general y las elecciones de delegados en las empresas (San Antonio, SP) que han comenzado a realizarse son un primer paso para fortalecer la lucha. Allí hay que impulsar la deliberación y movilización de todos los trabajadores petroleros, incorporando a la lucha salarial, que se reabrirá en febrero, un programa que tome las principales reivindicaciones del sector.


 


Por 8.500 pesos del básico de convenio.


 


Por la reincorporación de todos los despedidos bajo la intervención y el último mandato de Segovia.


 


Por la absolución de los trabajadores de Las Heras.


 


Por la anulación del impuesto al salario.


 


Basta de topes en las asignaciones familiares.


 


Por la elección de delegados en todas las empresas.


 


Por un plenario de delegados con mandato para garantizar la lucha.