Políticas

12/4/2007|987

Pásese al sistema estatal para luchar por el 82% móvil

Desde el jueves 12 de abril hasta fin de año los trabajadores podrán elegir entre estar afiliados al sistema estatal o a las AFJP. Esta llamada libre opción —instituida por la reforma de Kirchner y Massa— es una trampa, porque se le da los trabajadores la posibilidad de elegir entre un sistema previsional estatal mutilado, que no otorga ni garantiza el 82% móvil, y un régimen privado que tampoco asegura nada, salvo las altas comisiones y utilidades para las AFJP.


Tanto en el Estado como en las AFJP, en la mejor de las hipótesis la jubilación va a ser menor al 50% del sueldo. En el sistema estatal no rige la movilidad, se mantiene la ley de ‘Solidaridad’ de Menem-Cavallo. El sistema privado tampoco garantiza nada. Mientras el sistema privado presenta el riesgo de la desvalorización de los aportes y hasta la bancarrota de los fondos que administran las AFJP, lo mismo ocurre con el sistema estatal, pues hoy mismo el Anses tiene puesta la plata en depósitos o títulos públicos que el Estado usa para pagar la deuda pública. Los únicos que sí tienen garantías son los capitalistas: los de la AFJP tienen la garantía de cobrar suculentas comisiones y hasta de administrar fraudulentamente los fondos (como sucedió con la AFJP Siembra), cualquiera sea el resultado de esas inversiones; los funcionarios del Estado tienen la garantía de que no van a ser juzgados por la dilapidación de los fondos públicos.


En definitiva, la llamada “libertad de opción” es, ante todo, una trampa, porque obliga a los trabajadores a elegir entre dos sistemas que consagran una pérdida histórica de derechos previsionales; que no garantizan la intangibilidad del dinero aportado; y que en el mejor de los casos podría llevar a que los trabajadores se jubilen con menos de la mitad del sueldo.


El régimen previsional es un sistema de confiscación del trabajador. Al trabajador lo obligan a aportar el 11% del sueldo durante como mínimo 30 años, pero no le garantizan el 82% móvil sobre el salario real a su retiro. La jubilación es la variable de ajuste del destino que le toque a los aportes. Ni siquiera funciona como un depósito bancario, porque no tiene un interés pactado con el aportista.


El PO denuncia antes que nada esta falsa opción y llama a luchar por la expropiación de las AFJP, el restablecimiento del 82% móvil, el cálculo del salario al cese ajustado por la inflación y un sistema estatal único bajo la gestión de obreros y jubilados.


La opción que ofrece la nueva ley no cambia nada, pero ofrece la posibilidad de repudiar a las AFJP eligiendo el sistema estatal, y a partir de este repudio reiniciar una lucha de conjunto que ponga fin a la privatización jubilatoria y que también ponga fin a la estafa que parte del Estado, que no reconoce el salario al cese ajustado por inflación y que tampoco reconoce el 82% y su ajuste por inflación.


• 82% móvil.


• Expropiación de las AFJP.


• Sistema estatal único, bajo control de trabajadores y jubilados, que se financie con el aporte exclusivo de los patrones.