Políticas

6/5/2004|849

Paso al puntanazo

Duhalde, Obeid y De la Sota no salen juntos en una foto porque algún distraído llevaba una cámara.


Si no es una conspiración política, es una advertencia.


La clase capitalista sostiene que la situación de Argentina no se encuentra todavía encarrilada, al menos para sus intereses.


No los sosiegan los grandes beneficios que obtienen con la exportación y el mercado interno; al contrario, los pone más bravos.


Las petroleras han lanzado el desabastecimiento de gas; dicen, abiertamente, que no lo van a sacar hasta que no se les dé, a corto plazo, lo que cobraban en dólares hasta el 2001.


El Tesoro norteamericano y los banqueros han dado un ultimátum con relación a la deuda impaga y con relación a lo que, sostienen, se les adeuda a los bancos por la pesificación.


Han lanzado una campaña de ‘seguridad’, cuya finalidad real es la ‘tolerancia cero’ y poner fin al movimiento piquetero.


Los esfuerzos de Kirchner para llegar a un compromiso están condenados al fracaso y fracasan, efectivamente, todos los días.


Fracasa el aumento del gas con los ‘premios’ y ‘castigos’. Los pulpos no tienen la intención de abrir las válvulas.


Fracasa la ‘quita’ del 75%. Los banqueros exigen más superávit fiscal para ellos.


Los capitalistas no le reconocen a Kirchner su empeño en ‘reconstruir el Estado’.


Santiago amotinada.


San Luis amotinada.


Santa Fe amotinada.


Buenos Aires en terapia.


Los piqueteros profundizan su protagonismo político y hasta le disputan a la burguesía la lucha contra la ‘inseguridad’, que es en realidad una lucha contra el gatillo fácil y los aparatos represivos.


La crisis política en curso no debe dejar a nadie indiferente.


Hay que derrotar a las petroleras, al Tesoro yanqui, a los banqueros, a la Bonaerense.


No, por supuesto, desmoralizando a los estatales y a los jubilados, como han hecho ATE y la CTA al liquidar la lucha salarial; si la recaudación fiscal no va a los trabajadores se la llevarán los buitres capitalistas.


No como hacen Ctera y CTA, que, a pedido de Kirchner, presionan a los maestros de San Luis para que levanten la huelga indefinida.


No apoyando a Kirchner, que pretende “zafar” buscando compromisos con Bush, con Repsol, con la Iglesia y hasta con los Rodríguez Saá.


No con la política de los Moyano y los Daer, que tiene congelado al movimiento sindical.


Mucho menos con la política de los Bonasso y de los Lozano, que creen que van a torcer el rumbo de la crisis con jugadas de palacio.


Sí, con la movilización.


O sea con una campaña para que el Estado intervenga los pozos y empresas que acaparan el gas.


Con una campaña para no darle un peso más a los banqueros y para repudiar la deuda fraudulenta y confiscatoria, romper con el FMI y nacionalizar los bancos, sin indemnización y bajo control obrero.


A los que realmente quieran enfrentar la conspiración de la ‘patria bonaerense’, de Bush, de los pulpos, los llamamos a un frente para luchar.


Demos el primer paso en San Luis, extendiendo la huelga indefinida de los docentes a toda la provincia y formando Asambleas Populares, para echar a los Rodríguez Saá y convocar a una Asamblea Constituyente soberana.


Así es como se acaba con las conspiraciones que se tejen en San Vicente.