Políticas

4/7/2016

Patotas en Tiempo Argentino: responsabilidad empresarial y estatal

Durante la madrugada, una patota conducida por Mariano Martínez Rojas había ingresado a las instalaciones y comenzado el intento de demolición -literalmente- del lugar. 


Luego de una noche de tensión, violencia e incertidumbre, los trabajadores de Tiempo Argentino atestaban por decenas las instalaciones del diario -donde también funciona Radio América-  y comprobaban que, una vez más, habían recuperado el diario para la cooperativa. Durante la madrugada, una patota conducida por Mariano Martínez Rojas -el empresario que habría realizado la supuesta compra del diario y la radio a sus anteriores dueños Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, pero que no había podido presentar nunca ni un supuesto documento que acredite esa compra- había ingresado a las instalaciones y comenzado el intento de demolición -literalmente- del lugar. 


 


 


“Llegué avisado por los tres compañeros que estaban haciendo guardia, uno de ellos discapacitado motriz, y que habían sido golpeados por los patoteros -dice a Prensa Obrera Randy Stagnaro, delegado del diario-. No podíamos entrar porque habían sellado las puertas. Fuimos llegando compañeros, mientras la policía también había llegado y nos impedía ingresar ya que, decían, que adentro estaba el ‘dueño’, pero no especificaron nunca dueño de qué. Otro grupo había realizado la denuncia en la comisaría 31 y ante la fiscal Verónica Andrade, que se negó a presentarse en el lugar de los hechos y que sólo propuso una reunión entre las partes al día siguiente. Ante la inacción de la policía mientras nosotros escuchábamos cómo rompían todo, decidimos entrar y así lo hicimos. Sólo entonces actuó la policía para proteger a los patoteros, algunos de los cuales habían escapado por los techos de los vecinos”. Los trabajadores habían recuperado otra vez la empresa, que mostraba evidentes signos de la violencia de la actuación patoteril.


 


-¿Los daños permitirán que siga saliendo el diario?


-Hemos evaluado que sí, y por eso hoy mismo estamos elaborando una edición especial que saldrá mañana martes, donde contaremos los acontecimientos del día y quiénes son Martínez Rojas, Szpolski y Garfunkel, los responsables empresariales de esta situación desde hace seis meses.


 


Luego de la expulsión de los patoteros, la fiscal Andrade anunció la imputación a Martínez Rojas por los delitos de usurpación y destrozos, aunque queda la duda acerca de si hubiera tomado esta decisión de no haber sido el diario recuperado por los trabajadores, dada su inacción durante el momento mismo de los acontecimientos. Antes de la expulsión de los patoteros se les había tomado la identificación y se supo que muchos vivían en Merlo, lejos de las oficinas de Martínez Rojas -ubicadas en el Museo Renault-, de las de Szpolski -instaladas en Puerto Madero- o de Garfunkel, que vive en Estados Unidos junto a Victoria Vanucci, su esposa modelo (y de profusa actuación en Twitter).  


 


“No es la primera vez que Martínez Rojas ataca a los trabajadores -cuenta Tato Dondero, secretario general del Sipreba, el nuevo sindicato de prensa-. El mismo día de la movilización convocada por las centrales sindicales, mientras estábamos marchando en nuestra propia columna, nos avisaron que un grupo encabezado por Martínez Rojas y su padre había ingresado a las instalaciones. Nos apersonamos y los pudimos expulsar. Luego se presentó dos veces en la planta transmisora de Radio América, y la segunda tomó posesión expulsando a los trabajadores. Hemos hecho innumerables denuncias al Estado y en particular el ministerio de Trabajo y no hemos recibido respuestas positivas”. En la redacción de Tiempo y Radio América se hicieron presentes muchos políticos, en particular de la oposición, entre ellos el legislador del PO Marcelo Ramal, que ofreció toda la solidaridad de su organización y la bancada del Frente de Izquierda. 


 


 


“Este ataque es responsabilidad del gobierno nacional que desoyó a todos nuestros reclamos en estos seis meses de conflicto y dio vía libre así a que esto sucediera -explica Alfonso Villalobos, delegado de Tiempo Argentino-. La virulencia del ataque de Martínez Rojas tal vez implique que quiera ‘recuperar’ productos como activos, como la radio o Tiempo Argentino, que fue puesto en valor por la acción de los trabajadores luego de que el producto fuera denostado como consecuencia de la política parasitaria del presupuesto nacional que rigiera durante el anterior gobierno. Quieren quebrar nuestra lucha y no lo van a lograr. Hacemos responsable al gobierno por la seguridad de esta fuente de trabajo”. Al cierre de esta nota, los trabajadores de Tiempo Argentino le daban forma a la edición especial de su número del martes mientras Radio América emitía su programación por la web.  


 


Lea también: