Políticas

29/8/2017

Patricia Bullrich suma otra vileza con la detención de un joven en Tapalqué

Descomunal y arbitrario operativo contra un joven de 18 años, que quedó detenido durante cuatro días


Luego de casi cuatro días de detención, finalmente fue liberado el joven de 18 años Pedro Di Biasi, acusado por el gobierno de amenazar al candidato de Cambiemos y ex ministro de Educación, Esteban Bullrich, cuando en realidad se trató de una confusión del muchacho –que quedó clara de inmediato- quien creyó que el destinatario de sus mensajes era una relación paralela de su novia y reaccionó por celos.


 


El operativo fue anunciado por la multi cuestionada ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como un “procedimiento (que) fue posible gracias a la inteligencia criminal y el alto nivel de profesionalismo de las fuerzas federales". A lo que agregó que, “para dar con el joven, se realizaron “intervenciones telefónicas con escucha directa, análisis de llamadas y antenas de activación, análisis de redes sociales, más las tareas de campo”.


 


El absurdo del procedimiento fue tal que el tío del joven declaró, apenas aquel fue detenido, que creía “fehacientemente que” su “sobrino” era “víctima de una campaña política” y el propio ministro de gobierno de la municipalidad de Tapalqué, donde fue detenido Pablo, salió con los tapones de punta contra el accionar del gobierno nacional.


 


Es evidente que, si se realizó tanta inteligencia previa, debe haber quedado rápidamente en  claro la inocencia del joven o, al menos, la ausencia de todo tipo de peligro para el candidato oficialista. Por esa razón, no tiene el más mínimo justificativo ni la dimensión del operativo, ni la detención de Pablo y, mucho menos, que el joven fuera retenido durante cuatro días en prisión.


 


Al montaje se le suma que, según denunció el padre del chico, el “amenazado” Bullrich no le contestó a Pablo ninguno de los mensajes que podían haberle aclarado al joven la situación. Además, el atropello no terminó con la detención sino que, según denunció su tío, el joven “fue obligado a declarar sin la presencia de un abogado defensor ni ningún tipo de asesoría legal. Cuando llegó el padre se enteró que ya había declarado”.


 


Esta operación aparece inscripta en el montaje que está realizando el gobierno para justificar un accionar represivo que prevé necesario para enfrentar las protestas populares en marcha y las que seguramente se multiplicarán luego de las elecciones cuando el macrismo avance con la aplicación de las medidas de ajuste que tiene postergadas para después de octubre.


 


Asimismo, el operativo “amenazas a Bullrich” fue potenciado desde el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich como una distracción del reclamo de aparición con vida de Santiago Maldonado que ha tomado enormes dimensiones, con protestas llevadas adelante por un amplio abanico de sectores sociales, tanto de nuestro país como del exterior.


 


Días atrás fue el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, el encargado de potenciar la campaña represiva. Luego del confuso atentado realizado ante la sede de su cartera, descargó –sin la más mínima prueba que lo justificara- una acusación contra integrantes del Frente de Izquierda como eventuales responsables del mismo.


 


Y el mismo funcionario fue el que puso un signo igual entre los sospechosos atentados recientes contra edificios públicos (probablemente autoatentados) y la resistencia de los trabajadores de Pepsico al desalojo de la planta que ocupaban en defensa de la fuente de trabajo y del vaciamiento patronal y que fue reprimida por las fuerzas represivas que responden a Patricia Bullrich.


 


Ritondo también había dicho que el gobierno bonaerense tenía su desaparecido, en referencia a un asesor que hacía cuatro días que se había ausentado de su casa y lo equiparó al secuestro de Santiago Maldonado. Resultó que el asesor, Oscar Alvarenga, había pasado los días de ausencia en el casino.


 


Es decir que el ministro tenía –tiene- como asesor a un elemento descompuesto, adicto enfermizamente al juego. No es casual: si bien se trata de un caso particular, la intervención de las fuerzas de seguridad en la represión potencian el proceso de descomposición interna de las mismas.


 


Los trabajadores y los demás sectores explotados debemos enfrentar este plan de ataque a nuestras luchas. Hoy supone una participación masiva en Plaza de Mayo el 1° de setiembre para reclamar la aparición con vida ya de Santiago Maldonado.