Políticas

13/8/2009|1095

Pelea de buitres por los teléfonos y la televisión

Telefónica, Werthein, Clarín, Eurnekián

Clarín y Telefónica están enfrentados por el control capitalista de un amplio espectro de actividades sociales, que van desde las comunicaciones hasta el entretenimiento.

La rivalidad se presenta en dos frentes: el futuro de Telecom Argentina y el marco legal. En ambos temas el gobierno nacional arrastra desde hace años una situación que ahora parece más insoluble con las fuerzas que le quedan tras la derrota electoral. Pero como los choques de intereses reclaman una solución, la pérdida de influencia estatal redundará en un mayor activismo de otras instancias, sea la judicial u otras menos institucionales.

La Secretaría de Comunicaciones (Secom, que responde a Julio De Vido) le otorgó a Clarín la numeración para que brinde telefonía fija e ingrese al triple play. A la semana se la sacó con argumentos que contradecían los que usó antes. En la administración de la telefonía fija la Secom sigue los dictados de Telefónica y Telecom, incluso enfrentando resoluciones de otros organismos estatales como la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC, que responde a Guillermo Moreno).

La disolución del poder de la Secom es también la de la administración nacional y la del aparato del Estado. Así, la intervención de la Justicia abre más frentes de conflicto. Por ejemplo, al impugnar la capacidad de la CNDC de intervenir en Telecom Argentina y devolver los poderes políticos a los directores de Telecom Italia, fortalece la política de los italianos que apunta a modificar la estructura de gestión de Telecom Argentina, marginando a los Werthein (socios locales) en las decisiones. Esto va en contra de la línea de la CNDC de ubicar a Eurnekián (de Aeropuertos), o al mismo Werthein, en el lugar de los italianos.
Telefónica, que por la compra de una parte del paquete de la casa matriz de Telecom Italia, también es dueña de Telecom Argentina, está negociando la retirada de los italianos a cambio de su ingreso a la TV paga local. El proyecto de ley de radiodifusión es sólo una máscara que oculta estas transacciones y si Telefónica logra su objetivo no será por la democratización de los monopolios mediáticos sino porque, a cambio, habrá entregado Telecom Argentina; eso sí, asegurándose que no vaya a manos de un competidor de peso, como América Móvil, su competencia en América Latina y propietaria de los celulares Claro (Ambito Financiero, 18/6). En cambio, la oferta de Clarín por Telecom no ha recibido objeciones, mientras que Eurnekian ha tenido problemas para juntar los 300 ó 400 millones de dólares que piden los italianos y no ha tenido éxito en una propuesta de alianza con Clarín (La Nación, 25/7).

Algunos analistas creen que los tiempos de la negociación por Telecom están dados por las necesidades de los italianos, pero en realidad ellos ya perdieron el control de su propia casa matriz, endeudada hasta la médula y comprometida en una reducción de sus pasivos por medio de la venta de activos, entre los cuales estaría la sucursal argentina. Telefónica quiere que las utilidades de la Telecom italiana se repartan como dividendos y no vayan a cancelar deuda.
En este cuadro, el dictamen de la Secom que rechaza la compra de Telecom Italia por parte de Telefónica sigue la línea de la CNDC, la que sí aprobó la fusión Cablevisión-Multicanal, de Clarín, y que, ahora se sabe, está paralizada en la Secom.

La pelea entre Clarín y Telefónica no tiene una pizca de democrática. Distintas partes del gobierno y del aparato estatal han tomado partido por uno u otro contendiente. El proyecto de ley de radiodifusión está inmerso en este conflicto y su vida nonata dependerá de la resolución final.

Paul Castañeda