Políticas

8/6/2006|949

Pinguinos son los de Chile


Toda América del Sur está conmovida por la lucha de los estudiantes secundarios de Chile contra la ley de educación de Pinochet, que ha ‘sobrevivido’ a veinte años de ‘democracia’.


 


Los adolescentes que no pueden ejercer el derecho del voto, sin necesidad de votar han sido los únicos capaces de poner en cuestión un orden social y educativo de discriminación y de injusticia social.


 


Como consecuencia de su movilización, que es también una huelga general y una toma de escuelas, ha emergido en toda su amplitud la miseria social y la pobreza del sistema capitalista.


 


El resultado es que comienza a cuestionarse también la jubilación privada, que ha dejado a centenares de miles de trabajadores sin la posibilidad de un retiro o con pensiones de hambre.


 


Varios sindicatos, una minoría todavía, han sacado a relucir la inmensidad de la precariedad laboral.


 


Como hace poco en Francia, o como ocurre sistemáticamente en Bolivia, Ecuador, Perú, la juventud encabeza la rebelión popular contra un capitalismo que se encamina a una nueva gran crisis financiera, o sea, a una bancarrota que querrán hacer pagar a los trabajadores.


 


Que la juventud se insurreccione es un hecho ideológico mayúsculo, porque anuncia el carácter de los movimientos que van a transformar al mundo.


 


Por el color de sus uniformes, a los alumnos en Chile los llaman pingüinos.


 


Pero son pingüinos que están protagonizando una revolución, no como los de la otra ladera de la cordillera, que son simplemente unos farsantes.