Los vecinos de la zona de El Pato y barrio Parque protestaron contra la instalación de una planta de reciclado de basura en tierras pertenecientes a esos barrios. Aunque cien policías bien pertrechados impidieron el corte, los vecinos manifestaron su voluntad de continuar con las medidas todas las semanas.

En primer lugar, es preciso señalar que el emprendimiento sólo conseguirá evitar que la mitad de los residuos sean arrojados a tierra, con lo cual seguirán contaminándose las napas de agua y los ríos subterráneos, porque no se garantiza que las máquinas que reciclen y separen la basura no arrojen los líquidos lexiviados.

Pero, además, es una ocasión para la puesta en marcha de un negociado. Para dicho emprendimiento se constituirá una sociedad anónima con participación mayoritaria estatal, abriendo las puertas al ingreso de los amigos empresarios de Pereyra y Mussi. Es que esta Sapem financiará la planta de reciclado con un fideicomiso de veinte millones de pesos, parte de los cuales surgirán de los fondos de la Anses que servirán para comprar veinte hectáreas en la zona limítrofe entre Berazategui y Florencio Varela, en la zona de la ruta 2. Esta inversión es exagerada respecto del valor de las máquinas de separación de envases ligeros, de clasificación y prensado, tratamiento y reciclado, y otras cuyos precios no superan los cuarenta mil pesos por unidad.

Frente a este panorama, planteamos:

• Que se frene la instalación de la planta de reciclado hasta que una resolución de asambleas ambientales-vecinales determinen su viabilidad y las condiciones más apropiadas para su construcción.

• Que se abran los libros de las municipalidades y la revisión con de los contratos firmados o a suscribir.