Políticas

23/7/2009|1092

Por el desprocesamiento de Pablo Heller

¿A quién le puede importar una condena por desobediencia?

El 24 de agosto será llevado a juicio oral Pablo Heller, docente universitario y dirigente del Partido Obrero, por el delito de desobediencia.

La acusación concreta es que desobedeció la orden judicial de desalojar la fábrica Sasetru cuando fue intimado por la policía. El hecho ocurrió en 2003…

El delito de desobediencia tiene una pena de 15 días a un año y se encuentra, en el Código Penal, entre los delitos contra la administración pública.

¿Por qué la fiscalía puso tanto empeño durante más de seis años para que la causa no prescribiera? La defensa planteó todas las apelaciones y nulidades posibles, lo que provocó en la fiscalía una “actividad” impensable en la “cargada” Justicia penal del distrito de Lomas de Zamora para evitar la prescripción.

¿Dónde radica la importancia de concretar una persecución penal por este delito?

Por las características del delito, la persecución de un civil que no acata una orden de un funcionario policial es, en la situación actual, una defensa de la patronal y los capitalistas.

La desobediencia sólo se configura cuando no se acata la orden, sin ofrecer resistencia. Esto sólo sucede en el marco de un colectivo que persigue alguna reivindicación o reclamo, que es el típico comportamiento de una acción política o sindical (por ejemplo, en la toma de empresas en el contexto de una huelga, donde los obreros no acataran la orden de desalojo de un juez).

Ante la postura del juez Zaffaroni, de que el corte de rutas no es delito sino una contravención, la justicia penal ha recurrido a la “desobediencia” como un instrumento que permite la represión frente al desacato de cualquier orden de desalojo.

La necesidad de aplicar “el código penal” ha llevado a desempolvar el antiguo “desacato” del gaucho, en pos de regimentar y sostener la autoridad del Estado y de sus jueces.

En este marco, quebrar la ofensiva persecutoria contra el compañero Heller es un acto de indispensable defensa de todo el movimiento obrero y los luchadores populares.

Claudia Ferrero (Apel)