Políticas

27/3/1997|532

Por la unidad electoral y en la lucha de los obreros y la izquierda

El acelerado proceso de descomposición política del gobierno suma, a cada hora, nuevos ingredientes. Al crimen de Cabezas, a las revelaciones sobre la participación y el encubrimiento del alto mando militar en el asesinato de Carrasco, a la ausencia de una recuperación económica sostenida, a la feroz pelea por la captura del Correo y el empantanamiento de los planes de flexibilización laboral, se le ha sumado la fractura del duhaldismo con la gran banca en torno al Banco Provincia y la agudización de la crisis que tiene por centro el derrumbe político del gobierno menemista.


Lo que contiene esta debacle es la política de la llamada ‘oposición’, que no por casualidad se ausentó de las calles el 24 de marzo. Cavallo ha saludado la embestida del ‘establishment’ contra Duhalde, y ha lanzado la propuesta de un frente Frepaso-Cavallo-Ortega como alternativa más confiable para los grupos económicos y el Departamento de Estado. No es una voz solitaria, desde el momento que existe un virtual ‘comando político’ entre el Frepaso y el ‘cavallismo’, que ‘aboga’ por los intereses de la Federal Express contra el ‘clan’ Yabrán.


La ‘oposición’, que está vaciando la movilización por el crimen de Cabezas, coloca como primer punto de su programa la ‘seguridad jurídica’, que es la defensa de las privatizaciones fraudulentas, del negocio de las AFJP y las ART, y de las leyes antiobreras. Actúa de espaldas a la realidad, creyendo que el derrumbe del ‘plan’ Cavallo quedó atrás, a tono con los inversores internacionales, que quieren seguir especulando con la deuda pública.


El desplazamiento del Frepaso hacia posiciones que lo convierten en una agencia del gran capital -en particular norteamericano- y del Departamento de Estado, plantea con mayor fuerza la necesidad y la oportunidad política de constituir un frente de izquierda y el movimiento obrero combativo. Quedará aún más expuesto el papel proimperialista y antipopular de la supuesta oposición centroizquierdista.


Estamos ante una abierta y creciente crisis política. La izquierda tiene la responsabilidad de intervenir en todas las fases de esta crisis, con la movilización política y reivindicativa. Para ponerse a la cabeza de las movilizaciones democráticas y sociales, por el esclarecimiento del crimen de Cabezas, la defensa de los obreros mecánicos contra las suspensiones y los ‘convenios Fiat’, contra el cierre-vaciamiento de Atlántida.


Para ofrecer una alternativa electoral a los trabajadores, de independencia obrera frente a los partidos y candidatos patronales.


Por eso reiteramos el llamado a levantar el 1º de Mayo una tribuna política en torno a estas banderas, que coloque a la izquierda como alternativa política de los explotados, que dispute a las direcciones burguesas y burocráticas en todos los terrenos, incluido el electoral.


Fuera Menem-Duhalde y todo el régimen responsable de los crímenes de Cabezas, Carrasco, Bru; impulsemos planes de lucha en todos los conflictos para preparar la huelga general. Fuera los decretos y leyes flexibilizadoras, antiobreras y represivas del Congreso. Abajo los aumentos telefónicos. Abajo la privatización y arancelización de la salud y la educación. Fuera los planes del Banco Mundial. Fuera la burocracia sindical, por una dirección clasista. Unidad obrera y campesina de América Latina contra los Menem-Cardoso-Frei. Por un gobierno de trabajadores.


En torno a estas consignas, el Partido Obrero llama a organizar el 1º de Mayo como parte de una movilización política por un Frente de Izquierda, que sirva para reforzar la intervención de los explotados en la presente crisis.