Políticas

24/9/2009|1101

Por qué el PCR ataca al PO

En su periódico Hoy (Nº 1.284), en un largo artículo dedicado a analizar el conflicto de la salud. El PCR dice que “hay un sector que plantea ir al todo o nada con un paro total, y otros que planteamos prepararse para una lucha prolongada y por etapas sin descartar ninguna medida de lucha. De acuerdo a la situación y con la idea mantener (…) una gran multisectorial en defensa de la salud. Evitar todas las medidas divisionistas del gobierno y de algunas fuerzas como el PO que pone el blanco en algunos delegados de hospital y en sectores como los productores del campo que apoyan nuestra lucha, olvidando que el responsable de nuestra situación es el gobierno de Alperovich”.

La “preparación” de una “lucha prolongada” que propone Hoy es un llamado al desgaste, pues la lucha de la salud ya tiene cinco meses, y lo que se necesita es tomar medidas decisivas sobre la base de lo acumulado, para derrotar al gobierno. El PCR propone un camino de desgaste porque subordina la lucha de la salud a una Multisectorial, en la que incluye a la patronal rural, a la burocracia de la CTA y la CGT, a la UCR y hasta la Iglesia. En todo el largo artículo no hay una sola crítica a la pasividad criminal de la burocracia sindical de la CGT o la CTA, ni a la Iglesia que llamó a los Autoconvocados a que levataran los paros. El PCR ataca al PO porque denunciamos los intereses y la política del ‘campo’, pero parece ignorar que no pueden ser aliados de una lucha por la salud los que negrean a los trabajadores rurales.

El PCR denuncia que ponemos “el blanco en algunos delegados”, pero no es el PO sino los propios trabajadores los que han puesto al descubierto a los delegados conciliadores o manijeros. Uno de ellos dijo en una asamblea general, sin mandato para hacerlo, “que la Maternidad es el último paro que realiza”, o una comisión de delegados que firmó un “acta acuerdo” sin tener mandato para firmar nada, que luego fue repudiado por una asamblea general.

El proceso de lucha ha puesto en pie un proceso general de elección de delegados en todos los niveles, y una asamblea general que se reúne como mínimo una vez por semana. Todas estas instancias de democracia y soberanía no pueden desechar el derecho de esa misma base a revocar a aquellos representantes cuando consideren que ya no los representan y que hay otros que lo pueden hacerlo de mejor manera.

Toda la cantinela sobre la lucha “al todo o nada o la lucha prolongada y por etapas” oculta una vez más una política de capitulación, y no ofrece nada para que los trabajadores ganen esta lucha.