Políticas

10/2/2005|886

Por qué Néstor Pitrola


Apoyar la candidatura de Néstor Pitrola es un deber de todos los trabajadores conscientes. Porque entre muchas otras cosas, Pitrola es un dirigente obrero clasista. Esto quiere decir –blanco sobre negro– que Néstor Pitrola lucha con una política que básicamente consiste en aglutinar a los sectores oprimidos y explotados detrás de un programa, para separar a éstos de los partidos patronales y del Estado burgués.


 


Es verdad que existen marcadas diferencias entre los que, de un modo muy general, podríamos decir que conforman el campo popular. Precisamente por esta razón es importante saber discernir a qué nivel están esas diferencias y frente a otras candidaturas que con distintos grados y matices representan los intereses de los grupos capitalistas (porque defienden el mismo régimen social y político); nuestra obligación es votar por una candidatura obrera. Aquella consigna que enarbolamos en las elecciones de 1983: ¡Trabajador, votá por otro trabajador!, guarda rigurosa actualidad. Cuando una consigna mantiene su vigencia a pesar del paso del tiempo, es porque es correcta.


 


Existe otra condición que distingue a Néstor Pitrola del resto de los candidatos (aunque también sean luchadores) y es que Pitrola, desde que era adolescente, se formó en las filas de la militancia trotskista, y en esta cuestión, tiene una trayectoria consecuente de toda una vida.


 


En medio de una realidad hostil, cuando por esa época el sentimiento peronista que anidaba en las bases obreras actuaba como una muralla china que impedía la penetración de las ideas clasistas; en una situación totalmente adversa, el adolescente Néstor Pitrola fue forjando su personalidad y su carácter. Allí, en el fragor de esa lucha de ideas contra lo que sostenía el estalinismo, defensor a ultranza del “socialismo real”, Néstor Pitrola demostró de manera incontrastable sus fuertes convicciones y su consecuencia en la lucha. Es cierto que los trabajadores no votan ideas, sino experiencias, y aun en medio de esa gran confusión que existe, en franjas muy anchas de la población laboriosa se reclama honestidad y fidelidad hacia los explotados. Tengo que señalar en ese sentido, que Néstor Pitrola dirigió durante trece años la comisión interna de Editorial Atlántida, habiendo logrado en ese período imponer a la patronal el reparto de las horas de trabajo sin reducir el salario, una conquista que no se ha logrado en otros lados.


 


Todos estos datos son rigurosamente ciertos, y demuestran con más claridad que la luz del día el comportamiento de un dirigente obrero que mantiene inalterable su fidelidad a la causa de los oprimidos y explotados.


 


Como corolario de todo esto debo decir que Néstor Pitrola, como dirigente del Polo y del Partido Obrero, encarna las mejores tradiciones del movimiento clasista que tuvo lugar en aquella época, como lo fue el Cordobazo y los sindicatos clasistas de Sitrac-Sitram.