Políticas

15/10/1998|604

“Por un equilibrio de candidaturas” con “el nido de procesistas y corruptos”

“El proceso ya está en marcha y el acuerdo está por alcanzarse… Si un partido A tiene el candidato a presidente, el partido B tiene el candidato a vice, a gobernador de la provincia de Buenos Aires y el de jefe de gobierno de la Ciudad” (Siglo XXI, 1/10). En palabras de Chacho Alvarez, la crisis producida en la Alianza con la denuncia de que el gobierno de De la Rúa es un nido de “procesistas y corruptos” habría quedado definitivamente atrás al encaminarse el debate sobre las candidaturas. ¡Todo un ejemplo de moralidad!


El balance del jefe del Frepaso, sin embargo, está pensado para contentar a su base y ocultar su propia retirada. La crisis no ha sido resuelta (en la Junta Electoral de la interna de la Alianza se adoptó una fórmula de compromiso que no determina qué se elige). “Creo que las denuncias contra el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tomaron una dimensión no prevista”, se confesó el Chacho ante los diputados nacionales del Frepaso; “tenemos que buscar la forma de no herir a la Alianza”, agregó. Además, “cuando le propusimos (a la UCR) debatir el financiamiento transparente de la política, se negaron. Se podría decir que nos ganaron por cansancio y nos obligaron a archivar el Código de Etica” (Ambito Financiero, 25/9).


En esta sucesión vertiginosa de recules a conveniencia, estaría prácticamente resuelto que el Frepaso no se presenta en las elecciones a gobernador en Córdoba de fin de año, supuestamente para “no dañar la Alianza”, pero en realidad para ocultar la fuga de sus propias fuerzas hacia la UCR e incluso el duhaldismo. El aparato radical obtuvo así una doble victoria: borró al Frepaso de la elección de Córdoba y, de hecho, de la propia interna de la Alianza en la provincia, que se realiza veinte días antes de los comicios a gobernador.


Imparable declinación


El Frepaso tiene como máxima meta política y moral el ‘equilibrio’ en las candidaturas. Pero, en un alarde de cinismo, Alfonsín le planteó a Chacho Alvarez que “lo importante en una alianza son los programas, lo demás son minucias; que nadie piense que somos una banda de amigos que se pelea por un reparto de cargos”. Todo el mundo sabe, sin embargo, que el programa lo reescriben todos los días los pulpos exportadores y la banca internacional y lo que queda para los ‘políticos’ (patronales) es una disputa feroz por los cargos.


La descomposición política de la Alianza se alimenta día a día por la rabiosa menemización de sus posiciones y el desencanto de la base social que la votó un año atrás. La crisis mundial le va dinamitando uno a uno los escasos márgenes de diferenciación con el gobierno que pretenden relevar. Por eso las‘derrotas’ que Chacho Alvarez va a tener que estar dispuesto a reconocer son infinitas.


Preguntado sobre si estaría dispuesto a ‘regular’ la monopolización de los medios de difusión, respondió: “No. Ahí no se puede volver ya. Se perdió la batalla”. Preguntado sobre qué hacer ante la prostitución,‘vota’ por las ‘zonas rojas’ y la ‘mano dura’: “Deberían estar en lugares que no molesten a nadie. La Costanera, la zona financiera a la noche, cuatro o cinco horas. No tienen por qué estar molestando a las familias”; el negocio capitalista de los prostíbulos, ‘casas de masajes’, video-prostitución ‘codificada’, agencias de acompañantes, no lo perturban.


Preguntado por la desocupación, se pronuncia por “un plan de trabajo mínimo (…) por menos de quinientos mangos”.


“Lo nuevo es no presionar”, plantea Chacho Alvarez sobre los jueces y la Corte, declarando el fin de la política de “enviarlos a comisión”. El ‘ético’descubrió que “la transformación de la Justicia es un proceso gradual” (todas las citas corresponden a Siglo XXI, 1/10).