Políticas

5/1/1993|380

Por un plato de lentejas

El gobierno presentó un balance de sus privatizaciones, que se pretende “exitoso* pero que es, por sobre todo, sumamente revelador. De acuerdo a las cifras suminis­tradas por Cavallo, el Estado habría obteni­do por el conjunto de las privatizaciones efectuadas en estos últimos 3 años 14.769 millones de dólares, distribuidos de la si­guiente manera:


En efectivo – U$S 5.342 millones


En títulos, a valor nominal – U$S 6.794 millones


En títulos, a valor – efectivo de mercado. ..U$S 2.633 millones


Los títulos a valor nominal fueron recibi­dos como forma de pago, básicamente por la venta de ENTel (5.000 millones de dóla­res) y de Aerolíneas (1.610 millones), pero el valor de mercado que ostentaban esos títulos en aquel momento era un 85% infe­rior, representando para los “privatizado­res ” un desembolso de no más de 1.000 millones de dólares.


Los títulos valuados a la cotización co­rriente fueron usados básicamente en cam­bio para la privatización de Gas del Estado. Pero en este caso, los Bonos que se utiliza­ron fueron entregados a los “privatizadores” en resarcimiento por los quebrantos imposi­tivos fraudulentos que éstas declararon para los ejercicios 1989/90 y 1990/91. A partir de esto, el valor real de estos bonos es cero, pero únicamente para los “privatizadores “, pero para el Estado representa el costo de ingresos impositivos no percibidos.


Tenemos entonces que las privatizacio­nes arrojaron los siguientes resultados aproximados:


En efectivo – U$S 5.342 millones


Valor real de los títulos aceptados


A valor nominal          – U$S 1.000 millones


Valor real de los “títulos ” aceptados a valor efectivo – U$S O.OOOmillones


TOTAL –         U$S 6.342 millones


Pero tampoco fue éste, sin embargo, el importe que pusieron los pulpos que se alzaron con las “privatizaciones”, porque dentro del “efectivo” se incluye la venta de las teleacciones, compradas por miles y miles de ahorristas, por 2.057 millones de dólares. Es decir, los pulpos acapararon las empresas públicas por sólo 4.285 millones de dólares (6.342 menos 2.057 millones). Pero si se descuentan, a su vez, los 300 millones que tuvo que poner el Estado para “capitalizar” las deudas de Aerolíneas (re- estatización), el desembolso real es inferior a los 4.000 millones de dólares.


A cambio de menos de 4.000 millones de dólares, los grupos económicos se que­daron con ENTel, Aerolíneas, los mejores yacimientos de YPF, SEGBA, Gas del Esta­do, Obras Sanitarias, las centrales eléctri­cas, los elevadores, varias petroquímicas, el Hotel Llao Llao, el Hipódromo, Somisa, Altos Hornos Zapla, Tandanor, la concesión de 10.000 kms. de rutas y otro tanto de ramales ferroviarios, canales de televisión y radios, la destilería de Campo Durán y 80 áreas marginales de YPF.


¿Pero acaso pusieron estos pulpos esos millones de dólares?


Solamente en 1992, los principales be­neficiarios de las “privatizaciones” con­trajeron deudas con el exterior por más de millones de dólares en obligaciones negociables y eurobonos, sin contar las nuevas emisiones de acciones que lanza­ron algunas compañías, como Pérez Companc, lo cual redondea más de 4.000 millones. Por lo tanto, los pulpos que dicen con­fiar ciegamente en (as bondades y éxitos del “Plan” Cavallo, no pusieron capital propio sino prestado. En caso de “sobrevenir una devaluación del peso, posiblemente que­den financieramente estranguladas” (Julio Nudler en Página 12, 18/12/92), y “la po­sibilidad de que se repita la tenebrosa historia de 1982depende de la suerte que corra el Plan Cavallo y, más exactamen­te, el balance de pagos” (ídem), el cual “muestra una creciente tendencia al défi­cit…“ y “la experiencia de lo* últimos meses fue, en este sentido, poco tranqui­lizadora. Desde Julio viene creciendo el llamado ‘riesgo argentino’ que los finan­cistas miden trazando la distancia entre la rentabilidad del Bónex 89 y la tasa LIBO, diferencia que da idea del plus de utilidad que pretenden obtener los inver­sores extranjeros (o/os argentinos con plata afuera)” (ídem).


Todo esto explica que los pulpos no hayan invertido en las empresas “compra­das “, a pesar de haberlo hecho a precios de regalo. Los pulpos están obligados a remitir intereses y beneficios al exterior, lo que explica el inusitado déficit de la cuenta co­rriente más allá del déficit comercial. Argen­tina sufre ahora la crisis de inversión, el doble estrangulamiento de la deuda externa pública y privada. La crisis de inversiones que resulta de esta situación se ve clara­mente en el petróleo, donde está paralizada la explotación (inversión de riesgo) y en cambio aumenta la extracción del petróleo descubierto por YPF que no requiere en­tonces mayores inversiones.


Confiscación y deuda


Las “privatizaciones” sirvieron, como se ve, para confiscar una gran parte del capital que se encontraba bajo la forma de patrimonio público, es decir creado por (ex­propiado a) los contribuyentes. Pero, ade­más, sirvieron para expropiar una parte del ahorro de la clase media, por ejemplo, con las “teleacciones”. El “capitalismo popular” le vendió la teleacción a $ 4,20 para llevar luego la cotización a $ 2.90, una pérdida del 30%.


Las ‘privatizaciones´ han acentuado la característica de Argentina como semicolo­nia financiera. El gobierno estima que la deuda pública orillaré, hacia fines de 1993, los 68.000 millones de dólares, una cifra similar a la de 1989. En esos 68.000 millo­nes están descontadas la quita del Brady y las privatizaciones que se espera concretar en 1993. Pero si se sumara el mayor endeu­damiento privado y el déficit del balance de pagos de 1993—que se estima en el orden de los 8.000 a 9.000 millones de dólares—, la deuda total superara holgadamente los 100.000 millones de dólares. La diferencia con 1989, es que ahora ya no están como garantía las empresas públicas.