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Nuestra postura frente a las elecciones

Tras ocho años de kirchnerismo los principales padecimientos del pueblo trabajador siguen sin resolverse. El contraste con los gobiernos anteriores se desdibuja en cuanto comprobamos que Argentina sigue siendo un país con una economía primarizada, dependiente de los precios de las materias primas, que mantiene su competitividad sobre la base de bajos salarios, un alto número de trabajadores en condiciones de informalidad y otro tanto fuera del mercado laboral. Cuando vemos que la salud y la educación siguen estando muy por debajo del pago de la fraudulenta deuda externa en las prioridades oficiales, la falta de vivienda es un drama en aumento y la miseria aún dibuja el paisaje cotidiano de nuestras ciudades.

No obstante el kirchnerismo se ha logrado instalar públicamente como un gobierno progresista, defensor de los intereses nacionales y populares, impulsor de un proyecto industrialista y redistributivo. Y con el aporte de un aceitado aparato intelectual y mediático presenta la disputa política con la oposición burguesa como una batalla entre “el pueblo” vs. “las corporaciones” (o la “oligarquía”, según se prefiera) (…).

En ese marco, las principales fuerzas de izquierda partidaria que sostienen posiciones de independencia de clase, se vieron obligadas a buscar marcos de unidad para la disputa electoral, frente a la imposibilidad de sortear las trabas legales que impuso la nueva legislación electoral. En ese camino, las dos principales corrientes de izquierda en la actualidad (el PO y el PTS) avanzaron junto a Izquierda Socialista (IS) en la conformación del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT).

Pese a ser un acuerdo cerrado de apuro y con un sesgo oportunista, según palabras de sus propios impulsores, la sola constitución del FIT es un paso valorable que da respuesta, en alguna medida, a un reclamo muy instalado acerca de la necesidad de la unidad de la izquierda. En este sentido, en un contexto altamente politizado, con sectores de masas siguiendo con suma atención el debate político, la existencia del FIT contribuye a interpelar en esta coyuntura electoral a amplios sectores populares desde un planteo antiimperialista y por el socialismo.(…) la única lista nacional que expresará una opción de independencia de clase, anticapitalista y socialista será el FIT. Y en una coyuntura de alta polarización, donde resultarán claramente inviables las variantes de rechazo electoral, la presentación del FIT da una respuesta política concreta, en un sentido de masas, al interrogante de “a quién votar” en las próximas elecciones.

Con la mirada puesta en el futuro

No desconocemos las diferencias políticas, de estilo de militancia y construcción que las distintas organizaciones populares y de izquierda guardamos entre sí. (…)

Sin embargo, para quienes creemos que las elecciones son un terreno más de disputa con la burguesía -ni el más importante ni el definitorio-, la mirada debe ser de más largo aliento. Nuestro respaldo al FIT en las próximas elecciones se inscribe en un esfuerzo estratégico de largo aliento por construir una nueva izquierda revolucionaria, que sea capaz de forjar una alternativa real de poder del pueblo trabajador (…).

Por el poder obrero y popular, por el socialismo.