Políticas

6/8/1998|595

Por una alternativa política de la clase obrera

Hace mucho que los trabajadores no podemos esperar nada de los partidos oficiales.


Mírenlo a Duhalde: un día domingo dice que “hay que cambiar el modelo” y el martes siguiente anuncia que sus legisladores van a votar la ley impositiva y la reforma laboral de Menem y del FMI.


¿A quién cree que le está tomando el pelo este hombre?


Mientras tanto, en su propia provincia, Duhalde entrega a las patronales a los trabajadores contratados por el ‘plan barrios’, para que puedan ser explotados a 150 pesos al mes, o sea 75 centavos la hora.


¿Hay ejemplo más canallesco de superexplotación laboral que éste?


El caso de Palito no merece más de una línea, porque ya no engrupe ni cantando.


Del lado de la Alianza, la opinión pública ya se ha cansado de escucharlos asegurar que no piensan sacar los pies del plato.


El justicialismo y la Alianza son dos polos políticos de una misma clase social: los grandes capitalistas. Los trabajadores no podremos tallar en esta crisis si no construimos nuestra propia alternativa política. Cuando lo hagamos, los menemo-duhaldistas y los alfonsino-chachistas se unirán contra nosotros en un solo frente. Como ya lo hicieron cuando el pacto de Olivos.


Compañeros trabajadores:


El país vive una crisis inmensa, que sin embargo es un poroto ante lo que se viene, sin que la clase social más importante del país esté jugando un rol protagónico. El monopolio político que ejercen el PJ y la Alianza es un insulto a la historia nacional y a la conciencia popular.


Si la clase obrera no retoma los grandes momentos de su intervención en la historia del país, pero esta vez para romper para siempre el monopolio de los partidos patronales, la crisis se hará más intensa, más penosa, más dolorosa.


Los políticos patronales dicen que el modelo está agotado, pero a la hora del remedio recetan más de lo mismo. ¿No está reflejando esto su completa falta de ideas para abordar la crisis y su completo empantanamiento para poder salir de ella?


Es que la salida a la crisis pasa por un cambio de la clase que gobierna. Los capitalistas que ya gobernaron con la dictadura, con Alfonsín y con Menem, no tienen otro libreto que el que mostraron durante estos más de veinte años. Un libreto que ya provocó varias crisis descomunales y que hoy es responsable de tres millones de familias desocupadas y de quince millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.


Es el libreto de los capitalistas en todo el mundo; el libreto de la mayor miseria social ‘globalizada’ de la historia del capitalismo.


Los políticos patronales ya han fracasado hace mucho. Tiene que gobernar la clase obrera. Para eso necesitamos construir nuestra propia alternativa política.


El momento es el más propicio que se pueda imaginar.


¿Por qué?


Primero, porque la política patronal se encuentra en completa crisis. Menem se tuvo que bajar por el momento, porque lo repudia el 80% de la ciudadanía. El peronismo está dividido como en ocho y la Alianza como en 16; se sacan los ojos por cada uno de los puestos en disputa.


Segundo, porque nuestra situación no podría ser peor; realmente, ahora no tenemos nada que perder. Nada de las mezquindades que los políticos patronales nos puedan prometer, puede sacarnos de esta descomunal miseria.


El peronismo, como fuerza histórica popular, ha sido destruido por los Menem, los Cafiero, los Duhalde —es decir por los representantes ‘populares’ del capitalismo.


La clase obrera no puede existir, sin embargo, si no es una fuerza histórica. Superemos, entonces, al peronismo de los Menem, Cafiero y Duhalde, y pongamos en pie una alternativa política de la clase obrera.


¿Pero no es ésta una tarea que deberían cumplir los dirigentes sindicales? Los dirigentes sindicales, tanto de la CGT como del MTA o de la CTA, son en realidad los más empeñados en que la clase obrera siga como furgón de cola y víctima de los partidos patronales. Porque de esa podrida sociedad es que los burócratas sacan sus mejores dividendos y prebendas.


Para construir una alternativa política obrera tenemos que luchar para que todas nuestras organizaciones rompan con el Estado, el gobierno y los partidos patronales.


Para concretar este propósito fundamental de los luchadores obreros y de la masa obrera en el momento actual, que es el de armar una alternativa política propia, el Partido Obrero llama a movilizarnos en una campaña de debates, pronunciamientos, reuniones, asambleas, que culminen en un gran congreso nacional de bases por la construcción de una alternativa política de la clase obrera.


Llamamos a los sindicatos, a las coordinadoras de desocupados, a las mujeres trabajadoras, a las agrupaciones sindicales, a los partidos de la izquierda, a las comisiones internas y a las organizaciones combativas de la juventud.


A no equivocarse, no estamos planteando, como sí lo hace la izquierda argentina, una táctica electoral para el 99.Estamos planteando un giro histórico para nuestras masas. Estamos planteando que los explotados se conviertan en alternativa de poder por medio de la organización. Las políticas electorales están enteramente subordinadas a este objetivo estratégico y solamente pueden ser eficaces al servicio de este objetivo.


Adelante. Es nuestra oportunidad.