Políticas

15/12/1994|434

Por una Conferencia Nacional de la Izquierda

El gobierno está a punto de lanzar el decreto que desconoce los fallos judiciales previsionales, anula el ajuste de las jubilaciones y establece que los haberes de ahora en más dependerán de lo que se estipule en el Presupuesto, violando así todas las leyes y jurisprudencia argentinas. Es el golpe que reclaman los banqueros y los acreedores extranjeros, que les dé seguridad de que seguirán cobrando puntualmente la deuda externa y los intereses usurarios crecientes.


También se prepara un ataque sin precedentes a los trabajadores de las llamadas pequeñas y medianas empresas, desconociendo vacaciones, indemnizaciones por despido, categorías, etc.


Es que después de haber rematado el patrimonio nacional, llevado la desocupación al 25% de la población, alineado con el imperialismo en todos los atropellos internacionales, el plan económico ha provocado un fenomenal déficit fiscal, un impresionante déficit comercial y una abultada deuda externa. Se calcula que el déficit fiscal será en 1995 equivalente al 10% de los gastos públicos, el déficit comercial igual al 30% de las exportaciones y la deuda externa superior a la que Menem heredó de Alfonsín, esto después de haber rematado 30.000 millones.


Por eso los especuladores internacionales meten violín en bolsa y se desploma el valor de los títulos públicos y acciones y el gobierno “respalda” con bonos devaluados la llamada convertibilidad. El Mercosur acelerará este proceso, porque en la división internacional del trabajo la burguesía brasileña, más vinculada a los intereses imperialistas, se llevará la parte mayor, como se ha vuelto a demostrar en el reciente acuerdo automotriz, que deberá mandar a la lona a una parte de las patronales autopartistas.


El anuncio de Menem de que Cavallo será el ministro de Economía hasta 1999, si gana las elecciones en mayo de 1995, más que una ratificación contituye una desautorización a las aspiraciones de Cavallo de ocupar el estratégico cargo de jefe de gabinete, que Menem reservó para Eduardo Bauzá. Se ha instalado así una potencial crisis de gabinete que, por las figuras y puestos en juego, constituye una crisis de poder. La pelea por el Correo, que le dio a Cavallo el primer round en su pelea con sectores del menemismo, ya provocó un empate y hasta una derrota de Cavallo, que de ahora en más deberá pasar por el filtro de Bauzá, también en todas las cuestiones económicas.


El plan económico ha agotado todos sus recursos y no tiene ahora fondos para cumplir con la banca ni con la burguesía industrial y comercial. El gobierno tuvo que postergar la anunciada extensión de la rebaja de aportes patronales porque directamente se quedaría sin fondos para funcionar, después de haber dicho que esa nueva prebenda a las patronales era indispensable para mantener la producción y el propio plan económico.


En estas condiciones de la crisis política y económica , y con el mazazo que se dispone a dar el gobierno sobre los jubilados y los trabajadores, el CTA realizó con mucha pena y sin gloria una lastimosa “jornada nacional” que pasó casi desapercibida por los diarios y por supuesto entre los trabajadores. Emblocado con los arrepentidos de no haber votado la ley de convertibilidad, el CTA le dio la espalda a la Marcha Federal y al paro del 2 de agosto, para naufragar a la sombra de los cavallistas Chacho y Bordón.


El problema clave de la vanguardia obrera y de izquierda no es la supuesta estabilidad cavalliana o la falta de oportunidades de la lucha de clases, sino el enfeudamiento de la izquierda al carrerismo político de los Chacho y los Solanas, que son una vía muerta para el desarrollo de la clase obrera. Por eso el PO propone a la izquierda y a la vanguardia obrera un trabajo preparatorio para realizar una Conferencia en los primeros días de marzo, que ponga en construcción un frente de izquierda para intervenir en la lucha de clases.