Políticas

6/8/1997|551

Por una huelga activa y clasista

La formación de la alianza entre la UCR y el Frepaso refuerza indudablemente la falta de independencia política del paro general llamado para el jueves 14 por las direcciones de la CTA, del MTA y del miguelismo. Es incuestionable que para estas direcciones el paro debe servir para impulsar las posibilidades electorales de la alianza, a la que señalan como la ‘alternativa de poder’ al menemismo.


Este hecho político explica por qué el paro no tiene reivindicaciones precisas y concretas, sólo generalidades. Incluso se reclaman leyes de empleo o de trabajo que son negativas para los trabajadores, porque comportan más subsidios para los capitalistas sin que ello signifique que vayan a tomar más trabajadores, que los empleos sean estables o que los salarios superen los niveles miserables que se pagan en la actualidad.


Una huelga general hoy debería tener tres reivindicaciones muy concretas:


• aumento general de salarios y jubilaciones;


• seguro de 500 pesos para todos los desocupados;


• cese de la ‘flexibilidad laboral’, jornada de ocho horas y vigencia de las convenciones colectivas.


Las patronales pueden pagar holgadamente estos reclamos, como lo demuestran los superbeneficios de las principales industrias y de los bancos y la suba de la Bolsa.


Otra expresión de la subordinación del paro a la alianza patronal es la información de que no se prevén movilizaciones, esto cuando en todas las provincias se han incumplido los acuerdos con los piqueteros. Semejante desmovilización favorece en realidad al gobierno.


Por todo esto llamamos a los luchadores obreros a impulsar el paro mediante un programa de reclamos que permita asegurar la continuidad de la lucha y a organizar movilizaciones, para que sea una jornada activa.


Lo que se juega es la posibilidad de la independencia política de los trabajadores, es decir, que cesen de ser furgón de cola de los partidos patronales y víctimas inevitables de sus políticas.


Impulsemos el paro conjuntamente con la conciencia de clase de los trabajadores. Esto servirá para organizar una alternativa política propia de la clase obrera.