Políticas

24/2/2000|655

Por una nueva dirección

Hasta el cierre de esta edición las direcciones sindicales de la CGT estaban reunidas deshojando la margarita sobre si paraban o no el jueves 24 contra la reforma laboral que la Alianza y el PJ han acordado aprobar en el Congreso.


Si finalmente paran no será con la pretensión de derogar la reforma antiobrera. Moyano ya dijo que si la reforma sale por ley él esta dispuesto a acatarla.


Lo que las direcciones sindicales burocráticas están negociando es cómo hacer para compatibilizar la ley antiobrera con sus apetitos. La CGT está dispuesta a aceptar que se amplíe de uno a tres o seis meses el período de prueba, durante el cual las patronales son autorizadas a echar a los trabajadores sin pagar indemnización; acepta que se aprueben convenios diferenciados –con menores salarios y conquistas– para los trabajadores de las Pymes (pequeñas y medianas empresas). Negocia ahora que se permita la descentralización de los convenios, con ‘acuerdos’ por empresa, a cambio de su ‘participación’. La CTA, por su parte, tiene un acuerdo estratégico para promover los convenios por empresa, que consagra la atomización de la clase obrera.


La reforma laboral es parte de toda una estrategia política del imperialismo. Para el FMI, el gobierno y la burguesía se trata de ir a fondo en la destrucción de los convenios por industria para imponer en una primera fase los convenios por fábrica a gusto de las patronales, para terminar imponiendo en realidad, el ‘contrato individual’ que ya se aplica en Nueva Zelanda y Australia, donde el obrero acepta lo que le tiren o no le dan trabajo.


Las direcciones sindicales burocráticas que se entregan de esta manera evidencian la caducidad y el hundimiento de una dirección colaboracionista. La ilusión de que la burocracia va a resistir la ofensiva del Estado y los capitalistas contra los trabajadores lleva a un callejón sin salida y a la desmoralización de la vanguardia obrera.


Lo que hace falta es construir una nueva dirección clasista para el movimiento obrero. Poner en pie un POLO CLASISTA que reagrupe a los sectores combativos y clasistas para recuperar y poner en pie los sindicatos que la clase obrera necesita, para recuperar las conquistas arrebatadas por el menemismo primero y el aliancismo ahora. Esto sólo podrá hacerse con un planteo de independencia de la clase obrera frente al Estado y los partidos patronales. ¡Y se hará!