Políticas

14/11/2013|1293

Por una salida de fondo para el pueblo de Orán

La situación social en el departamento de Orán refleja un impasse histórico. La degradación de las condiciones de vida de su población se agrava día a día. Se ha producido una enorme destrucción de puestos de trabajo como consecuencia del desplazamiento de la producción de poroto, frutas y hortalizas por parte de las plantaciones de soja y caña. El Ingenio Tabacal (Seaboard Co) ocupó en la última zafra a 1.500 trabajadores, frente a los 7.000 de más de una década atrás. La confiscación de pequeños productores (tres mil empleos) extendió las hectáreas sembradas de soja y caña, de 25 a 50 mil hectáreas. Un proceso clásico de expropiación por parte del capital.


Semejante desangre, ha dislocado a todo el proceso social de la zona. Una gran parte de la población se ha volcado obligadamente al comercio ilegal de frontera, unos 6 mil bagayeros (pasadores de mercancías). Otro sector de trabajadores vive penosamente de la asistencia estatal o han sido convertidos mano de obra casi gratuita (algunos cobran 400 pesos por 4 ó 6 horas de trabajo diario) en los municipios, escuelas, centros de salud y hospitales locales. Ha ‘prosperado' la desocupación y la desnutrición en general; hay una asfixia del desarrollo urbano y crece el déficit habitacional. Han surgido problemas ambientales por las fumigaciones y el volcado en crudo de efluentes tóxicos por parte del Tabacal. Se ha expulsado de sus tierras a campesinos y originarios en la zona de Río Blanco. Han avanzado enfermedades como el dengue o el hanta virus.


En este cuadro también hay que denunciar el avance del narcotráfico en toda la región, amparado por el poder político y el aparato policial.


El ex gobernador Romero, primero, y luego Urtubey, han defendido al Ingenio Tabacal como el "modelo productivo". Lo mismo el sojero Olmedo. La producción de soja se encuentra subsidiada por un impuesto a la tierra ínfimo; la de caña por un subsidio explícito, de cien millones de dólares al año, a los biocombustibles. Se podría decir que la ‘pujanza' del capital necesita de una fuerte ‘carpa de oxígeno'. La ex empresa de Patrón Costas pasó a manos norteamericanas sin la necesidad de poner un dólar. El monopolio de la Seabord no aporta fuerzas productivas al departamento -las bloquea y las suprime. La Seabord ha convertido a la gran masa obrera del Ingenio, en personal ‘temporario'.


Sin medidas que recuperen para sus verdaderos productores el patrimonio del departamento, hoy apropiado por los grandes terratenientes y el Tabacal, el pueblo trabajador de la región no tiene salida. Se impone la necesidad de discutir la reorganización económica del departamento de Orán. El avance político-electoral del Partido Obrero debe entenderse como un proceso de maduración de los trabajadores para avanzar en esa dirección. Es necesario hacer notar que un sector amplio de los trabajadores del propio Ingenio, en el marco de su lucha el año pasado, ya discutía y levantaba la consigna de estatización, mientras que otro denunciaba los abusos de la Saebord Co., como consecuencia de la ‘protección' que le ofrecen Urtubey y el gobierno nacional. Esto plantea la cuestión del control obrero y la derrota política del oficialismo a manos de la izquierda.


El impasse histórico del departamento de Orán plantea la necesidad de un congreso de trabajadores, que es la perspectiva que abrirá el nuevo ascenso electoral del Partido Obrero, para debatir un programa y un plan de acción de conjunto.


Con Urtubey a la cabeza, los intendentes Lara Gros, Jalit, Quiroga y Pedroza, han sido defensores a ultranza de este régimen acabado. Ahora, debido a su acentuada descomposición, sus bloques han estallado en decenas de listas. En el lado de enfrente, el Partido Obrero ingresa en su segunda década de crecimiento, tanto en Orán como en el conjunto de la provincia de Salta.