Políticas

16/7/2009|1091

POTASIO RIO COLORADO | Contaminación a la brasileña

El megaproyecto minero Río Tinto-Vale do Rio Doce

En el sur de Mendoza, a pocos kilómetros del Río Colorado y de la frontera con Neuquén, se encuentra uno de los yacimientos de potasio más ricos del mundo. El potasio es utilizado en la fertilización de suelos. El yacimiento podría convertir a la Argentina en el sexto productor mundial (Canadá, Rusia y Bielorusia concentran la 2/3 de la producción mundial) y en el primero de América del Sur. El mercado brasileño aparece como el primer destino exportador de este megaproyecto minero. Están previstas inversiones de varios miles de millones de dólares para alcanzar en sus primeros años 2,4 millones de toneladas anuales y llegar al máximo de más de 4 millones anuales, con una vida útil aproximada de 40 años.

El proyecto fue llevado adelante por el gigante minero anglo-australiano Río Tinto. En 2007, la provincia de Mendoza, bajo la gobernación de Cobos, aprobó el uso del agua del Río Colorado imprescindible para su operación. El potasio se extrae a 1.000 metros de profundidad mediante la inyección de agua caliente a alta presión, con lo que se obtiene un compuesto de sales (de potasio y de cloro) que, luego de separadas, permiten su aprovechamiento, lo que deja a las sales de cloro como desecho (se calcula 1,2 toneladas de sal por cada tonelada de potasio). Aunque Mendoza aprobó en 2006 una ley que prohíbe la minería a cielo abierto, el proyecto de potasio quedó convenientemente excluido de la prohibición (otra votación, esta vez ‘positiva’, de Cobos).

Contaminación

El proyecto ha sido duramente cuestionado por su efecto ambiental. La aprobación del proyecto quedó a cargo de el Coirco (Comité de la cuenca del Río Colorado, que integran Mendoza, Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires) por sus consecuencias en el ambiente aguas abajo. Efectivamente, la preocupación tiene que ver con el destino de la sal (cloruro de sodio) que quedará como desecho. “La preocupación del Coirco se basa fundamentalmente en que sería tan importante el volumen de los residuos que alcanzaría a cubrir una superficie de 200 hectáreas con una altura de 50 metros durante su vida. A esto hay que sumarle una situación topográfica desfavorable, porque está muy por encima dentro de la cuenca y con cañadones que hacen descarga directa, ya sea por superficie o subterránea a través de conexión que tiene con el valle del río”.

Aunque la empresa tiene previsto guardar esa sal en celdas herméticas, nadie garantiza que las condiciones metereológicas o sismográficas de la zona (vientos fuertes, tormentas, grandes lluvias y eventuales movimientos sísmicos) no lleven las sales hasta el Río Colorado, contaminando sus aguas, que hoy dan riego a centenares de miles de hectáreas y brindan agua potable a Santa Rosa y media La Pampa (acueducto mediante), y está previsto que en el futuro abastezca el 70% de la provincia y hasta a la ciudad de Bahía Blanca (el dique Las Piedras tiene ya 40 años y se encuentra al límite de su capacidad). Aunque la empresa reprogramó el emplazamiento de la zona de las pilas de sal desde los cinco kilómetros de distancia del río hasta los 18 kilómetros (en una zona un poco más alta dado que el emplazamiento original lo ubicaba 150 metros debajo del curso del río). Esto no evita los peligros de salinización, que podrían incluso afectar al Río Negro, cuyas nacientes se encuentran próximas al yacimiento.

Agua y energía

Los otros cuestionamientos al proyecto tienen que ver con el uso masivo de agua y de energía. El gas natural necesario para calentar el agua que se inyecta debería ser “alimentado a través de una línea de 75 kilómetros, conectada al Gasoducto del Pacífico: consumiendo 377,7 millones de m3 de 9.300 kcal/m3 por año, es decir más que el consumo residencial, comercial y entes oficiales en toda la provincia de Mendoza (en el año 2006 = 369 millones de m3). Y casi tanto como los 415,5 millones de m3 de consumo industrial en Mendoza (año 2006). El consumo de Potasio Río Colorado equivaldría al 22% del consumo total que tuvo Mendoza en 2006. (1.704 millones de m3 de gas)” (documento de organizaciones ambientalistas de La Pampa y Mendoza). En momentos en que la producción de gas natural está cayendo en Argentina, el consumo de gas es crítico. También la “Carga eléctrica de la planta: 78 MW, consumo anual: 318 GWh. Esto es aproximadamente igual al 7% del consumo en toda la provincia de Mendoza en 2006” (ídem).

Apoyo político

A pesar de los cuestionamientos y de las dilaciones en las aprobaciones del Coirco y de la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) las señales políticas favorables al proyecto son indudables. “La Fundación Chadileuvú y los regantes del sur de Buenos Aires realizarán una intensa campaña de difusión y concienciación, con la idea de llegar hasta las más altas autoridades políticas, sobre el peligro de contaminación que implica la mina de potasio en la alta cuenca del río Colorado. Aún sin tener el visto bueno, el proyecto minero sigue avanzando: en el puerto de Bahía Blanca ya le otorgaron 14 hectáreas para construir un muelle propio” (La Arena, La Pampa, 16/3/08).

“En la reunión del mes pasado que mantuvieron en la Casa Rosada la presidenta Fernández, Kevin Fox, gerente general de la empresa, John Huges, embajador del Reino Unido, el gobernador de Mendoza, Celso Jaque y Julio De Vido, el ejecutivo de la minera manifestó como decisiva la decisión oficial de demostrar interés en que el proyecto avance” (Mining Press, 4/12/08). Las visitas de los máximos directivos de Río Tinto no fueron en vano. “A través del Decreto 2019/2008, el Poder Ejecutivo Nacional declaró ‘De Interés Nacional’ al Proyecto Potasio Río Colorado. que lleva las firmas de la Presidente de la Nación, Cristina Fernández, el Jefe de Gabinete de Ministros, Sergio Mazza y el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. La disposición sancionada representa una valiosa señal de apoyo al proyecto de Río Tinto, en momentos en que la minera espera obtener la Declaración de Impacto Amiental (DIA), la cual podría ser dada a conocer en la provincia de Mendoza antes de fin del año. Además de la DIA mencionada, PRC aguarda el otorgamiento de permisos de transporte en Río Negro y Neuquén” (ídem).

“Hermanos” brasileños

La crisis internacional, sin embargo, afectó a la minera anglo-australiana. Luego de soportar ofertas hostiles de su rival BHP Billington y teniendo grandes compromisos financieros para 2009 y 2010, Río Tinto decidió deshacerse de varios activos en todo el mundo. El proyecto de Potasio Río Colorado formó parte de esa des-inversión y resultó adquirido por el gigante minero con base en Brasil, Vale do Rio Doce, a fines de enero del 2009. Vale pagó casi 800 millones de dólares por el proyecto y otro tanto por las minas de hierro de Crumbí en Brasil. (¿Cuánto habrá valorizado el decreto de diciembre al proyecto?) Es más, es un secreto a voces que las gestiones para concretar la venta contaron con los “auspicios” de funcionarios argentinos. ¿De qué hablarán Cristina y Lula cuando se encuentran a solas?

Vale ya contaba con un proyecto de potasio más pequeño en la margen neuquina del mismo río, a pocos kilómetros de distancia de PRC y está radicada en el principal destino exportador del potasio. Para Vale es un negocio redondo por el que pagó, antes de comenzar las obras, 800 millones de dólares. No así para el país que ve cómo las grandes mineras saquean recursos no renovables y altamente rentables, utilizan agua y energía en cifras astronómicas dejando migajas y un daño ambiental irreparable. Que las mineras sean anglo-australianas, canadienses o con base en Brasil no cambia nada.

Miguel Gómez