Políticas

26/2/2015|1352

Presentación de listas en Salta, la madre de las batallas

concejal, candidato a diputado


“Apoyo al Partido Obrero porque, en todas las luchas y demandas populares que hubo en Salta en los últimos 30 años, los he visto del lado del pueblo trabajador con un programa de salida claro. Urtubey y Romero, en cambio, no sólo estuvieron en la vereda de enfrente sino que son responsables de nuestra miseria; no pueden seguir gobernando”. Con este concepto sencillo y agudo, Ana Fernández, vocera de la Comisión de Familiares contra la Impunidad y candidata a diputada de nuestro partido, respondió a una prensa expectante y sorprendida en la conferencia de presentación de listas del PO.


 


La situación no es para menos: luego de doce años de gobierno del represor Juan Carlos Romero, Juan Manuel Urtubey enfrentó el descontento popular intentando instrumentar nuevos métodos de gobierno basados en la cooptación de luchadores y la demagogia derechohumanista. Su derrota es clara en éste y otros planos. 


 


Atrás parecen haber quedado los tiempos en que los representantes políticos de la burguesía local sometían con relativa facilidad al pueblo a la trampa de la polarización. Los armados de Urtubey y de Romero manifiestan ahora una mayor devaluación, mientras que la alternativa verdaderamente popular que representa el PO está en ascenso. Las encuestas muestran que ninguno de los “juanes” puede subir más allá del 30 por ciento, en una provincia en que otro 40 no los votaría bajo ninguna circunstancia. Isa se había distanciado de su “compañero” Urtubey en el marco de su crisis, coqueteando con una candidatura propia a la gobernación con el apoyo de Randazzo y el kirchnerismo “ortodoxo” local. Sin embargo, tuvieron que cerrar filas ante la evidencia de que ir por separado los llevaba a una derrota segura frente al romerismo. Los K decepcionados con el frente de Isa y el conservador Urtubey constituyen un campo de acción para el PO, en tanto representamos la única alternativa popular.


 


Por otro lado, los demás partidos burgueses se desarman en medio del marasmo político nacional y se devalúan frente a una población que los ha visto saltar sistemáticamente de un bando al otro en todo este tiempo. La izquierda (Libres del Sur, MST, degennarismo, PCR, etc.) no escapa a ese proceso. En sus discursos no hacen delimitación alguna ni de Romero ni de Urtubey, sino sólo del PO: para ellos el problema no es que Urtubey e Isa sean enemigos de cualquier reivindicación popular sino que la principal oposición (nosotros) “no sabe dialogar y convencer”. Los dialoguistas no hacen el más mínimo balance del proceso de cooptación que sufren, el que los ha llevado justamente a candidaturas testimoniales y unipersonales, en contraste con el crecimiento de lo que ellos llaman “la izquierda esquemática”, o sea socialista y clasista.


 


En ese marco, el Partido Obrero enfrenta el desafío político más importante de su historia: dar un nuevo gran salto en nuestra estructuración provincial y, sobre todo, conquistar la ciudad de Salta, en la que ya ganamos en 2013. Esta posibilidad está atada a nuestra capacidad para explicar los nuevos desafíos que enfrentamos y desencadenar las fuerzas sociales que pujan por una salida desde hace décadas.