Políticas

8/2/2007|980

Preservan el régimen de Menem y Cavallo

Por el 82% móvil


El gobierno acaba de anunciar con bombos y platillos un cambio en el régimen jubilatorio.


 


Sin embargo, lo principal no fue dicho.


 


Primero. Que se sigue calculando el salario al cese laboral (un promedio de los últimos diez años) sin ajustarlo por inflación. De este modo, la jubilación se calcula sobre un salario desvalorizado, que ha llegado a ser de un 50%.


 


Segundo. En el caso en especial de los trabajadores estatales y docentes, se excluye del salario las sumas no remunerativas, con lo cual el salario para calcular la jubilación se reduce también a la mitad.


 


Tercero. Como tampoco se establece ninguna movilidad de las propias jubilaciones, al cabo de poco tiempo éstas también sufren una desvalorización adicional.


 


Los anuncios del gobierno dejan en pie el régimen de confiscación previsional de Menem y Cavallo.


 


El cambio anunciado por el gobierno en el sistema de reparto (1,5 por ciento en lugar del 0,85 por ciento por año trabajado) tiene como base un salario recortado y mantiene, luego, el congelamiento de las jubilaciones.


 


Estamos muy, pero muy lejos, del 82 por ciento móvil.


 


No toca el régimen confiscatorio de las AFJP, que en promedio ofrecen una jubilación que no va más allá del 35 al 40 por ciento de los salarios en el mejor de los casos.


 


De conjunto, la continuidad del desconocimiento del ajuste por inflación del salario al cese y el posterior desconocimiento de la movilidad de las jubilaciones, refuerza el sistema de privatización impuesto por Menem y Cavallo.


 


La mejora que se anuncia para el sistema estatal significa un rebalanceo con el sistema privado para llevar más dinero a la caja del Estado. Y el Estado, como las AFJP, usa ese dinero para subsidiar a los capitalistas y pagar por adelantado al FMI.


 


El gobierno ya advirtió que va a reponer el aporte del 11 por ciento, dando satisfacción a un insistente reclamo de las administradoras de fondos.


 


¿Es acaso casual que el banquero de Macro, Jorge Britos, haya salido a apoyar los anuncios?


 


¿O que el agente de las AFJP, el menemista Melconian, haya declarado que la ‘reforma’ (¿?) “es apropiada para la época”?


 


De todos modos, advertimos que la ‘letra chica’ de la ley contendrá aun menores ventajas para los trabajadores y mayores concesiones a los banqueros de las AFJP.


 


¿Y para los seis a ocho millones de trabajadores que no logran llegar a los 30 años de aportes, porque estuvieron desocupados o no fueron registrados por sus patrones?


 


Para esta masa enorme de trabajadores el gobierno no anunció nada, sino la institucionalización de una jubilación asistencial, que las AFJP ni siquiera tienen la obligación de dar.


 


Esta jubilación asistencial es la ‘solución’ entrevista por los Kirchner y los Massa para la ‘crisis’ del sistema jubilatorio.


 


A pesar de todas estas enormes limitaciones de los anuncios oficiales, la CGT ha salido a saludarlos, incluso ‘calurosamente’, renunciando para siempre a conquistas históricas del movimiento obrero.


 


En oposición a esta pérfida reafirmación del sistema de Menem y Cavallo, el Partido Obrero plantea:


 


• 82 por ciento móvil sobre la base de un promedio salarial ajustado por inflación.


 


• Otorgamiento de la jubilación con 25 años de servicio y sin límite de edad y jubilación mínima de 1000 pesos para los que no puedan reunir incluso ese requisito.


 


• Reestatizacion de las AFJP y restablecimiento de un sistema público bajo control directo de los trabajadores y jubilados.


 


• Restablecimiento de los aportes patronales; financiamiento integral de la jubilación (que no es más que un salario diferido) por medio de los aportes patronales.