Políticas

10/8/1994|425

Proyecto “antiterrorista” fue pedido por la policía

El menemismo ha decidido “usar” el atentado a la AMIA para atacar todavía más las libertades democráticas. A la ya abundante legislación represiva que “adorna” a la “democracia” , y a caballo de la creación de la “supersecretaría de seguridad”  y del proyecto de “ley antiterrorista” —un engendro represivo que llega al extremo de imponer penas de prisión por la simple pertenencia a una organización “sospechosa”—, en los últimos días el gobierno  anunció un proyecto de ley para reformar el Código de Procedimientos Penales. El proyecto constituye, ni más ni menos, que la legalización del apriete, de la tortura y de las provocaciones policiales.


En efecto, establece que “la policía podrá interrogar a cualquier persona … sin la presencia del juez”. Pero para reforzar aún más este poder de la policía sobre los detenidos y “sospechosos”, el proyecto establece la elevación de 6 a 12 horas del plazo en que éstos pueden ser detenidos sin ser puestos a disposición del juez, y hasta un máximo de 120 horas para que el juez lo mantenga incomunicado. También, “la policía podrá efectuar requisas y secuestros (sin orden judicial pero) dando cuenta al juez con inmediata posterioridad” … lo que les permitirá a los “investigadores” policiales “plantar” e inmediatamente “encontrar” armas, drogas y cualquier otra cosa que “justifique” y “pruebe” las declaraciones obtenidas bajo tortura. Esto deroga la inviolabilidad del domicilio, consagrada por el artículo 18 de la Constitución, y “reafirmada” cínicamente en la Convención de Santa Fe.


Los alcances de estas modificaciones pueden verse en lo ocurrido recientemente, por ejemplo, en el barrio San Jorge de la capital de Córdoba, donde se produjo una auténtica sublevación popular cuando cuatro policías (sin chapa identificatoria y en un auto sin patente) pretendieron allanar, sin orden judicial, la vivienda del joven Miguel Angel Rodríguez, de quince años, asesinado a sangre fría por el policía Mario Romero. El allanamiento pretendía “plantar” las armas que “probaran” que el asesino actuó en “legítima defensa”. Pero los vecinos y familiares inmovilizaron a los policías por cuatro horas y les impidieron llevar a cabo el “acto de servicio”  ordenado por “la superioridad”. Si la ley menemista hubiera estado en vigencia, la policía habría tenido plena libertad para cumplir el objetivo de plantar la coartada del asesino de un muchacho desarmado. En resumen, el proyecto de ley menemista equivale a la liquidación de los últimos derechos legales de los ciudadanos frente a la prepotencia policial.


Pero tanto o más importante que lo que dice el proyecto es lo que los leguleyos llaman “el espíritu de la ley” … , lo cual en este caso equivale a dar “carta blanca” a la policía del “gatillo fácil” …  (asesinatos de Budge, de Dock Sud, de Wálter Bulacio, desaparición de Miguel Bru, la masacre de Wilde y tantos otros). Esta es la razón de fondo por la cual “la fuerza venía requeriendo estas modificaciones (desde 1991)” (Página 12, 2/8).


El proyecto de ley sirve también para desnudar la hipocresía de los convencionales de todos los pelajes reunidos en Santa Fe,  quienes hacen bambolla acerca de “los nuevos derechos y garantías de los ciudadanos” mientras el Estado los liquida efectivamente. La aprobación de la reelección presidencial, y la Constituyente en su conjunto,  son la auténtica señal de partida para poner en ejecución la andanada de medidas represivas de las últimas semanas. Y es que la conclusión necesaria y obligada del fortalecimiento del Ejecutivo frente a los restantes poderes del Estado (gobierno por decreto, reelección, ballotage) y del fortalecimiento del Estado frente a la ciudadanía lleva a la necesidad de dotarlo de sus instrumentos: la “supersecretaría”, la ley antiterrorista y las reformas al Código de Procedimientos.


Con esto se pretende “proteger” al “plan” económico que hace agua por todos lados. Por eso el “técnico” Cavallo ha sido el principal impulsor de la creación de la “supersecretaría” . Con evidente conocimiento,  La Nación (31/7) señala que “está claro que las creencias de un peso pesado como Cavallo en temas tan delicados como éstos son algo más que un parecer”…