Proyecto Iglesia-Plaza: el “curro” del medio millón de dólares
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El gobierno nacional acaba de otorgar 250.000 pesos (o dólares) para el Obispado, para “hermosear” la Catedral, según Decreto Nacional 3265/93 (refrendado por otro provincial), y otros 100.000 para remodelar la Plaza San Martín, contigua a la iglesia. Con este último propósito el gobierno Duhalde ha arrimado otros 50.000 pesos, además de otros miles aún no precisados que el intendente Gioscio (PJ) ha mandado votar en la sesión del Concejo Deliberante del 28 de junio.
En resumen, una partida de medio millón de dólares para ponerle brillo y un jardín a la iglesia. Pero en Mercedes no hay barreras ni guardabarreras. Los docentes y alumnos de la Escuela Media deambulan buscando edificio. Barrios enteros se hallan sin servicios elementales, Una masa creciente de trabajadores desocupados no recibe ayuda alguna, siquiera una exención impositiva. Es decir, la ciudad y los trabajadores que la construyeron se hunden, mientras se hermosea la plaza y la iglesia (y se “curra” con los fondos dispuestos).
Los padres de la criatura no han sido sólo los jerarcas del clero o el justicialismo. La UCR ha tenido una gran cuota de complicidad en la elaboración del proyecto, con la participación de la ex concejal de este partido, Susana Camele, en la elaboración del proyecto y el voto favorable y unánime de la partida original por parte de este bloque, luego, a la luz del repudio generalizado de la población, y en especial en sus propias filas, ha tenido que torcer el rumbo y oponerse a la ejecución de las obras.
El Partido Obrero ha denunciado públicamente que el otorgamiento del medio millón de dólares para el proyecto iglesia-plaza es el pago por el apoyo de los obispos a la posible Ley de Radiodifusión contra la libertad de prensa y la conocida posición oficialista del obispo Ognenovich —de Mercedes— en favor del plan Cavallo.
A través de una declaración pública que ha tenido una notable repercusión en la prensa, el PO ha llamado a las comisiones barriales, a los vecinos y a los trabajadores a movilizarse reclamando la urgente inmovilización de tos subsidios para el proyecto iglesia-plaza, para distribuirlos en las obras comunitarias que son realmente urgentes y auxiliar a los desocupados. El orden de prioridades para estas obras, como el control de estos fondos, debe ser votado y encarado por una asamblea popular de organizaciones obreras y vecinales.