Políticas

21/11/1995|474

Pts: No bebo, no fumo, no lucho, no voto, no me movilizo, no…

El Pts ha cerrado y se ha encerrado en su propio círculo. Ha decidido no hacer nada y dedicarse a criticar a la izquierda y a los activistas que participan activamente en la lucha de clases, desde una posición contemplativa.


El Pts, por ejemplo, no participa más de las elecciones en los centros de estudiantes universitarios, esto para no caer “en la trampa electoral”, como tampoco se movilizó en el pasado junto a los jubilados contra la privatización del sistema previsional, y ni se moviliza en general los primeros de mayo. El Pts considera que todos los problemas de táctica revolucionaria se resuelven mediante el inmovilismo y el ejercicio de la provocación periodística.


Ahora decidieron no ir a la movilización del 20 de noviembre convocada por el Cta, Mta y CCC, con el ‘argumento’ de que “los convocantes sindicales de esta jornada son quienes mediante las treguas y los pactos con los gobiernos provinciales intentan dejar pasar la reducción de salarios, el pago en bonos y próximamente el despido en masa” (Rebelión, 13/11). Desde el inmovilismo, rechazan intervenir en una manifestación convocada por una parte de las direcciones tradicionales del movimiento obrero (burocracia), en momentos en que grandes luchas provinciales reclaman una acción de alcance nacional. Que la convocatoria es ‘insuficiente’, ‘tardía’, subordinada políticamente a los partidos ‘opositores’ de la burguesía, todo esto es inevitable, pues ha sido convocada no por revolucionarios, sino por la burocracia. Pero para los revolucionarios, la movilización del 20 de noviembre es una oportunidad para luchar por romper el aislamiento de las luchas del interior denunciando las limitaciones de la convocatoria, en la lucha. Se trata de denunciar sus limitaciones prácticas y políticas, como hace nuestro Partido, y de reclamar a las mismas organizaciones que han convocado a dicha marcha el paro activo, la Marcha Federal y el plan de lucha nacional. El Pts, en cambio, lo mira por TV, pontificando que esto no es “lo que necesita la heroica resistencia que comienza a crecer en el país” (ídem).


La misma impotencia evidencia el Pts frente a la ‘estatuyente’ de la Capital. El Pts nos critica por haber llamado a marchar para que se convoque de inmediato a la estatuyente capitalina. Esto porque: a) coincidiríamos con la ‘oposición’ burguesa del Frepaso y la UCR, b) porque estaríamos confiando en una constituyente burguesa.


Como bien lo dice el Pts, el PO denunció a los que, como ellos, reclamaron una “constituyente soberana y democrática” convocada por Menem. Ahora, el PO no reclama (tampoco reclamó) la estatuyente capitalina; su convocatoria está establecida en la nueva constitución y el menemismo no quiere convocarla porque teme perder las elecciones.


Al gobierno ahora no le conviene poner en práctica lo que él mismo —como parte del pacto con el alfonsinismo— hizo votar. Se quiere perpetuar sin hacer elegir a la estatuyente, ni al intendente de la ciudad de Buenos Aires. Esto plantea que el gobierno está violando un derecho constitucional democrático para seguir imponiendo en forma autoritaria la política del Banco Mundial. En estas condiciones: es legítimo o no luchar por la expulsión del intendente menemista digitado y por la convocatoria libre y democrática de la estatuyente.


¿Es un error llamar a movilizarse, a manifestar, a parar, es decir, a desarrollar una activa lucha de clases, para concretar estas consignas? Pensamos que no sólo es correcto para una corriente socialista, sino para cualquier corriente que se reclame democrática. El hecho de que también el Frepaso y la UCR reclamen que se convoque a elecciones sólo significa que no hay que dejarle a la burguesía esa bandera y que hay que luchar contra su política de desvirtuarla. Todas las formas del estado burgués son opresivas, pero esto no significa que abandonemos la lucha por el sufragio universal, cuando el menemismo quiere desconocerlo.


En esta lucha contra la violación de un derecho constitucional proponemos aplicar los métodos de la acción directa —manifestaciones, paros, etc.— y no limitarnos a la crítica parlamentaria a la que son afectos la Ucr y el Frepaso. Denunciamos a los ‘cavallistas’ del Frepaso y a los delarruistas de la UCR no sólo por su carácter burgués, sino por ser inconsecuentes en la lucha por imponer la elección de la estatuyente y del intendente. ¿No es ésta, por otra parte, una táctica absolutamente correcta y necesaria para desenmascarar al chachismo frente al 50% del electorado capitalino que lo votó?


El PO plantea la lucha por el derecho constitucional a votar y por la destitución del gobierno municipal antiobrero, que ya no es legítimo incluso desde el punto de vista de la Constitución que nosotros combatimos, y que las elecciones las convoque un gobierno provisional que imponga “la más amplia garantía de participación y debate, sin restricciones, ni proscripciones, en los medios de comunicación” (PO, 31/10).


La abstención del Pts es otra manifestación del onanismo en política.