Pueblada en Lima

Un obrero de Lima

En Lima se ha desatado una pueblada. Comenzó cuando un vecino vio romper su camioneta en uno de los innumerables baches de la ciudad. Armó un piquete él solo, con la ayuda de algunas ramas. Al poco tiempo eran varios. Al de los baches, se agregaron rápidamente los reclamos por salud y transporte.

Al día siguiente realizamos un segundo corte, con 80 vecinos. Ninguna autoridad se acercó siquiera a preguntar qué sucedía. Mientras tanto, se conformaba la primera asamblea con más de 100 vecinos.

Para Pablo Jiménez (secretario del intendente): “no son más que 50” y “hay reclamos que no se corresponden a la realidad”.

El lunes 14, más de 300 vecinos cortamos todo acceso con destino a Atucha, Campanita y el puerto. Se sumaron Jicreli (una junta favorable a la autonomía de Lima) y la radio local.

El martes 15, se corta el acceso a Lima por la ruta 9, por el Camino Viejo a Zárate y el camino a Atucha; además se toma la delegación municipal. Los obreros de Campanita y de Atucha bajaban de los micros y se sumaban al corte.

Jicreli no participó de este último corte: estaba negociando con el intendente. Los vecinos, que ya eran 700, rechazan esa posición. Cerca del mediodía llega el intendente Caffaro a la delegación municipal, a quien le reclamamos la reparación de las calles, insumos para la salita de emergencia, una nueva vía para el transporte pesado (que va para Atucha y el puerto) y algunos reclaman también por la autonomía de Lima. El pueblo en la plaza superaba ya las 800 personas. Ya están trabajando las máquinas viales, como expresión de esta victoria piquetera de los vecinos de Lima. El comienzo de la resolución de los problemas vino de la acción directa de los trabajadores organizados.