Políticas

1/12/1994|433

Pueblada en Senillosa

Senillosa es un pueblo a pocos kilómetros de Neuquén. La casi totalidad de sus habitantes son obreros que se radicaron allí siendo trabajadores de las grandes obras cercanas (represas, planta de agua pesada, etc.). La composición social de Senillosa, por lo tanto, es abrumadoramente obrera y sus habitantes han jugado papeles importantísimos en las grandes huelgas de la UOCRA, la marcha de Piedra del Aguila y otras, es decir, han acumulado una gran experiencia en la lucha de clases.


Por eso, la pueblada que protagonizaron ha sacado a luz las mejores tradiciones de todas aquellas luchas.


Un municipio en quiebra


Desde hace un largo tiempo el municipio ha entrado en crisis. El intendente ha pedido una licencia por enfermedad para acogerse a una jubilación por invalidez, en un intento de retirada honrosa, ya que es acusado de malversación de fondos, enriquecimiento ilícito y otros cargos. Fue reemplazado durante su licencia por quien fuera su estrecho colaborador, quien ahora oficia de intendente interino.


El intendente local, del MPN, ha sido un niño mimado del gobernador Sobisch, al punto que en la distribución de fondos coparticipables, el ejecutivo municipal de Senillosa fue ampliamente favorecido. Sobisch solía decir que el intendente era “caro, pero el mejor”, al punto que el cuestionado intendente acaba de declarar: “Sobisch gobernó conmigo durante tres años”. Precisamente, esa localidad fue la elegida por el gobernador para anunciar en setiembre de 1993 que “en 10 meses se acaba la desocupación en Neuquén”. A pesar de ello, hoy el municipio está en quiebra, sin poder pagar salarios a sus trabajadores y con la amenaza de despidos masivos. Esto, en una población donde la desocupación alcanza niveles alarmantes: sobre 6.000 habitantes, los afectados por el desempleo son 2.500.


Una asamblea popular realizada para exigir soluciones, desembocó en la decisión de cortar la ruta ante la falta de respuestas por parte del gobierno. Prácticamente la totalidad de la población se volcó entonces a la Ruta 22, que atraviesa el pueblo, y la cortó durante todo el día. La Ruta 22 es el único enlace entre la capital y todo el interior, y además paso obligado hacia la zona de los lagos y hacia Chile.


Los vecinos rechazaron una y otra vez las intimaciones del juez y la presencia policial. Alrededor de las 17 horas, el intendente interino, acompañado por el dirigente de ATE Julio Fuentes, se dirigió a los presentes para solicitar que se levante el corte. La propuesta fue resistida por una gran parte de los presentes, incluso uno de ellos golpeó al dirigente de ATE, que se retiró del lugar.


Más tarde, ante la llegada de la noche, se produjo una nueva asamblea que decidió retirarse de la ruta para volver al día siguiente.


Martes, paro general


El martes, a partir de las 8 horas, se retomó el corte con una gran participación de los vecinos, el que se mantuvo durante todo el día. A partir de media mañana comenzó a imponerse, sin que lo declare ninguna organización, un paro general de la localidad. Primero fueron los maestros, que llegaron encolumnados hasta el lugar del corte. Luego fueron las guarderías y el hospital. Con esto la pueblada tomaba un giro decisivo. En esos mismos momentos, frente a la Casa de Gobierno en Neuquén, se movilizaban los desocupados de Centenario y para el miércoles estaba anunciada la movilización de los trabajadores del EPEN contra su privatización.


El ministro de Gobierno (que no negociaba bajo presión, según él), tuvo que ceder y concurrir a Senillosa a proponer la reactivación de varias obras locales, y otros paliativos. Esto descomprimió un tanto la situación, lo que fue aprovechado por el gobierno para enviar las fuerzas de choque de la policía para impedir nuevos cortes. Así, el miércoles no hubo corte, pero una nueva asamblea popular, que sesionó el miércoles por la noche, sacó a la luz todas las cuestiones pendientes a las que las “soluciones” del ministro no dan respuesta.


Subversivos


Desde el oficialismo y, especialmente, desde el Ministerio de Gobierno, se lanzó una campaña por los medios que denunciaba la presencia de agitadores en Senillosa y calificaba la actitud de la población como “subversiva”. (Menem recolecta alumnos entre el MPN para todas y cada una de sus felonías).


El intendente interino, metido en los negociados de su jefe “licenciado”, en un principio trató de adoptar una actitud de demagogia ante el movimiento vecinal para “salvar su ropa”. Pero fue un acérrimo enemigo del corte de ruta (“debemos protestar pero en paz”). Fue el impulsor de terminar el corte el propio lunes, pero no habían surgido hasta la asamblea del miércoles a la noche cargos por su corresponsabilidad en la quiebra del municipio.


En dicha asamblea se presentaban dos posiciones bien definidas: la que impulsaba el intendente interino de aceptar como soluciones de fondo las propuestas del gobierno y no retomar los cortes de ruta, y por otro lado los que sostenían como escasas las propuestas del ministro de Gobierno y planteaban retomar las medidas.


La asamblea votó varias medidas muy importantes:


1) Repudió las declaraciones del ministro Sapag, tildando de subversivos a los vecinos.


2) Destituyeron al intendente en licencia (no le aceptan la renuncia) y se pronunciaron por expulsarlo del pueblo e investigar sus bienes.


3) Separación del cargo de todos los actuales funcionarios comunales que formaron parte del gabinete de Bascur (el intendente en licencia). Esto incluye al actual intendente interino.


4) Auditoría de los fondos municipales y transparencia de los sueldos que cobran los funcionarios.


El intendente interino se retiró de la asamblea, junto a dos policías de civil, que trataban de pasar desapercibidos para botonear la asamblea.


No se votaron nuevas medidas de fuerza, las que serán analizadas en una nueva asamblea.


Una situación explosiva


A apenas unos días del triunfo electoral del sobischismo, la provincia ha entrado en un virtual estado de rebelión. Diversas localidades están soliviantadas contra sus autoridades, los trabajadores del EPEN se movilizan masivamente contra la privatización. Los desocupados asedian la Casa de Gobierno.


Es necesaria una coordinación de todos estos movimientos. Las centrales sindicales no abren la boca. El CTA, que nuclea a la mayor parte de los trabajadores que participan de estas protestas, no ha considerado que sea necesaria una respuesta global. Por ejemplo, un paro general y marcha sobre la capital.


El CTA mantiene cada lucha aislada de la otra: estatales del EPEN, judiciales en lucha salarial, docentes, desocupados, obreros de la fruta, etc.


Como dice el balance de las elecciones que hicimos en la regional, el triunfo oficialista “no paraliza ni las luchas ni los reclamos, y esto es lo importante y definitorio”.


Neuquén va a vivir un fin de año movido, ¿estaremos a las puertas de un Neuquenazo?