Políticas

13/9/2001|721

Pueblada en Zapala

Con el telón de fondo de la cordillera nevada, desde el viernes por la tarde, la población de Zapala ha protagonizado una de sus puebladas más masivas.


Tal como ocurriera con los cutralcazos estuvo precedida de todo un proceso que incluye dos asambleas populares, el año pasado. El reclamo central fue votado en la segunda asamblea popular: un fondo de reparación histórica para la localidad.


Cuando miles de zapalinos marcharon el año pasado a la capital, pocos pensaron que conseguirían las reivindicaciones. Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde entonces y lo que parecía olvidado se puso nuevamente en marcha, en base al trabajo tenaz de algunos dirigentes municipales (escindidos de ATE), algún periodista y la juventud estudiantil, a los que se sumaron, luego, otros sectores.


Así nació el Frente de Trabajadores y Estudiantes por Zapala. En poco tiempo juntó 12.000 firmas (de mayores de 18 años) en apoyo a los reclamos, un verdadero plesbicito para los 18.000 ciudadanos que votaron en Zapala en 1999.


Sobisch como Sapag


Aunque una caravana con más de 300 vecinos (los que pudieron venir) llegó a Neuquén el viernes, ni el gobernador ni sus ministros se dignaron a recibirlos. Entonces, una asamblea en Zapala de más de 2.000 vecinos, votó el corte total. Zapala es un nudo de carreteras hacia el interior provincial (tanto a los lagos del sur, como al norte) y hacia Chile.


Nacida desde abajo


Esta pueblada fue gestada desde lo más profundo de cada zapalino. Por ejemplo, la CTA, habitual prestadora de infraestructura, no ha participado como tal en los piquetes.


Los concejales y la intendencia adhirieron a regañadientes. La Cámara de Comercio está borrada, aún cuando muchos comerciantes donan a raudales comestibles y hasta ropa.


De Zapala a La Matanza


La pueblada de Zapala ha resuelto por anticipado el debate sobre la “consulta popular”. Sólo la organización, la acción y la lucha sacuden a los gobiernos.


Para Sobisch, 12.000 firmas en Zapala eran algo así como unas 12.000.000 para De la Rúa. Pero el burócrata sólo se conmovió cuando la pueblada se plantó en la ruta.