Políticas

14/7/2005|908

Puente Pueyrredón: Kirchner sabía

El 14 de mayo de 2002 se celebró un cónclave de gobernadores del PJ en La Pampa, presidido por Eduardo Duhalde, del cual participó, entre otros, el entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner. Allí se habló del “endurecimiento” del gobierno contra la movilización popular y la necesidad de “movilizar” a jueces y fiscales. A principios de junio siguiente, el gobierno anunció su intención de “ponerle un límite a los piqueteros”; el entonces secretario de Seguridad, Juan José Alvarez, calificó a los cortes de “acción bélica”.


Las amenazas del gobierno contra el movimiento piquetero fueron creciendo hasta el día en que la ANT se reunió el 23 de junio en el estadio Gatica de Avellaneda. El gobierno denunció el plan de lucha votado por la ANT como “un plan de hostigamientos” y a la ANT como a una reunión de carácter “sedicioso”. Entre el 23 y el 26 de junio, bajo la cobertura política del gobierno, se allanaron locales y se otorgaron facultades a las fuerzas represivas para detener manifestantes, y el 25 se reprimieron cortes de ruta en el interior del país. En su declaración, el cabo Acosta (uno de los imputados) afirma que un agente de la Side les advirtió a él y a Fanchiotti que esa mañana “iba a haber desbordes”. En su testimonio, el ex jefe de los gendarmes, Miranda, recordó declaraciones del ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasoff, anunciando el “giro” del gobierno.


En las horas posteriores a la masacre, con dos muertos y varias decenas de heridos de bala de plomo, el gobierno y la policía acusaron a los manifestantes de haberse “matado entre ellos”. Algunos medios mostraron la presencia de la policía en el lugar de los asesinatos.


Las impresionantes movilizaciones contra la política represiva del gobierno que se sucedieron luego de la masacre, y en especial la del 27 de junio, iban a quebrar la tentativa estratégica de Duhalde.


Esto fue ampliamente desarrollado en el artículo “Así prepararon la masacre de Avellaneda” (PO Nº 902, Paul Castañeda). La masacre se comenzó a preparar en aquella reunión de gobernadores.