Un estudio de la UOM Córdoba, realizado entre octubre y diciembre del 2003, arrojó que el trabajo en negro en el sector metalmecánico de la ciudad de Córdoba llega al 38,14%, aunque cuando concluya el sondeo podría llegar al 41%. La UOM denuncia que los "empresarios Pymes, después de la devaluación y la crisis, están en condiciones de afrontar los costos laborales… (Los empresarios) se capitalizaron, licuaron sus deudas y la incidencia laboral es mucho menor que con la convertibilidad" (La Voz del Interior, 20/1). Por su parte, los empresarios reclamaron que los "costos laborales son altísimos" (ídem).

El estudio fue hecho en pleno proceso de "reactivación" y revela un componente clave de la misma: la superexplotación patronal.

La UOM, con semejante realidad, se ha limitado a reclamar "un rol más activo del Estado… que el Ministerio de Trabajo provincial ponga más inspectores" (ídem). Pero la UOM justifica y comprende a las patronales "porque todavía el empresariado no tiene reglas de juego claras, no hay crédito ni hay definición de política industrial" (ídem). Acá podemos observar hacia dónde mira la burocracia sindical cuando se está preparando una nueva ley laboral que va a mantener e incrementar esos índices de trabajo en negro. Porque en la lógica capitalista el trabajo en negro es un negocio redondo.

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