Políticas

5/1/2006|930

Que se reconozca a la Comisión Fiscalizadora

No al ajuste, ni al desaguace


La situación del Hospital Francés es caótica.


 


Circulan diversos tipos de rumores, entre ellos que el Hospital entraría en convocatoria de acreedores.


 


Lo concreto es que diversas obras sociales se van desvinculando. Primero fue Osjera, la obra social del los jerárquicos, la que se ha retirado. Ahora la del personal de la publicidad ha decidido diversificar contratando otras instituciones para que sus afiliados puedan optar. Hay falta de insumos en ciertas áreas hospitalarias.


 


La gran mayoría de los trabajadores ha cobrado sus salarios de noviembre con grandes retrasos, que no ha cobrado los aguinaldos; y los salarios de diciembre serían pagados en varias cuotas.


 


“No hay plata”, afirman los gerentes, pero las versiones es que algunos jerarcas han cobrado fuertes sumas, mientras los profesionales y trabajadores están en la vía.


 


Y lo más importante: ¿Cómo llegó a esta situación el hospital?


 


¿Quién lo vació? ¿Quién se lleva la plata?


 


Por eso los trabajadores han votado en su Asamblea General la formación de una Comisión Fiscalizadora que abra los libros y verifique adonde han ido a parar los millonarios fondos que ingresaron al hospital, y, lo fundamental, que destine el primer dinero que entra al pago de salarios y deudas de los trabajadores.


 


La nueva dirección anunció que trajo a un especialista, Alvarez, recomendado por el gobierno, para normalizar el desquicio financiero del hospital. Alvarez ha empezado a plantear que sobra personal. Un grupo de compañeros que trabaja en el edificio del Bapro, no reciben tareas desde hace días (el grupo selecto coincide en muchos casos con los compañeros que estuvieron a la cabeza de las movilizaciones sindicales). El desguace está avanzando.


 


Por eso los trabajadores han retomado el camino de la lucha con Asambleas y movilizaciones. Sólo la unidad e independencia de los trabajadores puede salvar los puestos de trabajo y los derechos adquiridos. La unidad ha logrado que la patronal les devolviera los adicionales salariales que la burocracia había autorizado a descontar. En algunas secciones se ha logrado imponer la jornada de 7 horas. La unidad de todos los trabajadores, debe salvar ahora al Hospital del desguace de sectores empresariales inescrupulosos.


 


Por eso, la Asamblea General debe mantenerse unida reclamando el reconocimiento de la Comisión Fiscalizadora de los Trabajadores y la apertura de los libros y su control sobre los fondos.