Políticas

23/1/2003|788

¿Quién es Néstor Kirchner?

Mientras se llevaba adelante el lanzamiento de campaña de Kirchner con la limitada fanfarria que el desgajamiento del PJ permite, dos declaraciones de Lavagna fueron las que dieron el tono de la jornada: La primera fue la firma de la carta de intención con el FMI y el segundo su apreciación de que Kirchner le parece un “hombre responsable”, vale decir alguien del que no corresponde esperar “sorpresas”. Quien acaba de pactar con el FMI ha sintetizado lo que representa el ungido candidato “oficial” para los capitalistas.


Es que “Lupín” posee una dilatada trayectoria de más de 15 años como “administrador” (un mandato como intendente y tres gobernaciones) en los cuales ha aplicado, ha acompañado y se ha adaptado a la política “neoliberal”.


Rebajó salarios antes que nadie, descargando la crisis de 1991 sobre los trabajadores.


Vació el Banco Provincia, con pérdidas de más de 100 millones, y luego lo privatizó asociando un capital privado mayoritario a la participación estatal que tiene “cautivos” los fondos de la provincia.


Acompañó todas las privatizaciones menemistas, especialmente las de YPF y Gas del Estado, formando parte de los grupos que “regateaban” una participación de la burocracia del Supe (a la que estaba vinculado) y de las provincias en el negocio, como única condición para producir la entrega del patrimonio nacional. Por eso los representantes del PJ santacruceño en las cámaras dieron su aval a las leyes de privatización, incluido el quórum trucho, obtenido con la pierna enyesada del por entonces justicialista Rafael Flores, cuando se aprobó el marco regulatorio de la privatización del Gas, que tantas angustias ha traído a la población de la Patagonia.


Ha producido escandalosos negociados con los permisos de pesca y ha acompañado siempre los intereses de los monopolios pesqueros contra el interés nacional.


Ha concesionado la explotación del yacimiento de oro de Cerro Vanguardia a un “pulpo” extranjero, asociando a la provincia minoritariamente a la exportación de todas las ganancias obtenidas en detrimento de la Nación.


Ha firmado todos los pactos fiscales, con el menemismo y la Alianza, ocultando su carácter de planes de ajuste, flexibilidad laboral y entrega que eran su esencia, a cambio de alguna “ventajita” para sus negocios en Santa Cruz (como fue el finalmente fracasado asunto de la zona franca comercial en Río Gallegos).


Se ha mostrado como un agente antinacional al depositar en el exterior durante 10 años unos 1.000 millones de dólares de fondos de la provincia, de los cuales no ha rendido cuentas, ni de los intereses devengados, ni de las comisiones pagadas, ni de en qué se gastó la parte que ya no está (quedan unos 500 millones).


“Responsable” y dócil ante el capital, se ha mostrado represivo e intolerante contra las organizaciones obreras y contra cualquier manifestación de oposición a su régimen. Para este fin ha combinado represión policial y persecución judicial y ha organizado “patotas” del mismo estilo que las que acostumbran utilizar algunos conspicuos dirigentes del PJ bonaerense, con el cual ahora vino a concretar su propio pacto.


En sus atropellos a las formas democráticas, ha superado a Menem, modificando dos veces la Constitución de la provincia, reproduciendo agravado el Pacto de Olivos para su reelección indefinida y con un sistema electoral que le asegura mayorías abrumadoras en la Legislatura, además de ampliar el Tribunal Superior de Justicia, donde colocó operadores propios, y echar al Procurador General por el solo hecho de no ser de su fracción política.


Autoritario, conservador, adaptado siempre a la presión de arriba, “administrador” de la miseria del pueblo, Néstor Kirchner es una versión “renovada” del patrón de estancia en nuestra Argentina semicolonial.