Quién le teme al 1° de Mayo
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En la reunión que el pasado 6 de abril realizó la “Comisión de Memoria, Verdad y Justicia”, que organizó la marcha de 20 mil personas el último 24 de marzo, Izquierda Unida y el Ptp se opusieron a la realización de un acto común el próximo Io de Mayo. En la Comisión militan partidos de izquierda, agrupaciones sindicales y organizaciones de derechos humanos.
Nosotros ‘entendemos’ perfectamente bien las razones de esta posición. Izquierda Unida no quiere ‘empañar1 lo que se ha propuesto convertir en un resucitado sello electoral. Acepta como aliados a eventuales emigrantes del Frepaso, por eso coqueteó a Juan Pablo Cañero con la ilusión de que éste fuera consecuente al menos con una votación solitaria de la anulación de la obediencia debida. Se ‘arrepiente’ de no haber sabido mántener a la vieja lU y ahora está francamente decidida a no apartarse de las exigencias del electoralismo. La sabiduría ‘estratégica’ de IU se reduce a lo siguiente: si Menem divide a la Alianza o si el candidato de ésta es De la Rúa, existe la posibilidad de que se divida el Frepaso y de que de aquí salga un candidato ‘nacional y popular” para IU. Por eso, IU hará sólita un acto del 1° de Mayo, pero no se olvidará de acusar a todos los demás de ‘sectarios’.
La posición del Ptp es todavía más ‘comprensible’. Desde fines del año pasado viene asegurando la inminencia de un ‘argentinazo’ provocado bajo la batuta del MTA. Ya estamos a mediados de abril y ni siquiera tiene fecha un prometido paro aislado. Tampoco la oposición aliancista o el duhaldismo muestran las agallas que el Ptp le atribuye a la burguesía nacional y a los sectores patrióticos —no hablemos ya de Patti (rosista) y Rico (malvinero). La CTA, por su lado, ha decidido llamar a una ‘jornada,’ el 28 de abril, que de por si anuncia el intento de vaciar el 1° de Mayo. El 8 de marzo pasado el Ptp organizó un ‘abrazo’ para defender la mesa de dinero que es el Banco Nación, pero tampoco los anuncios de privatización de la cueva provocaron arrestos de lucha de la oligarquía nacional. Ante semejantes fracasos y reveses, la receta burocrática aconseja ‘fortalecer’ al ‘partido’. Por lo tanto, el Ptp alquiló la Federación de Box.
La realización de un acto de trabajadores, o sea clasista, el Io de Mayo sí fue apoyada por el Mas y el PC (fracción congreso extraordinario), y su posibilidad fue defendida como positiva por la representante de los Familiares de Desaparecidos.
El asunto es que el próximo 1° de Mayo se plantea la misma necesidad que acabó deformada el año pasado: un acto de clase, o sea un acto de las organizaciones partidistas y no partidistas de los trabajadores, para luchar por la independencia política de la clase obrera respecto a los capitalistas, sus partidos y su Estado. El agotamiento del mene- mismo y hasta el desmoronamiento del peronismo obligan literalmente a plantear que los obreros se organicen en forma independiente, en forma más aguda y contundente que nunca. Esta necesidad se acentúa como una posibilidad por el rápido re-ingreso del país a nuevas convulsiones económicas. Las ideas revolucionarias empiezan a crecer en autoridad como consecuencia del agotamiento de las experiencias democratizantes (Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde), que no han sido más que marionetas del imperialismo.
Hay una prueba de hierro a la que debe someterse cualquier acto que se haga el 1° de Mayo: ¿cómo puede servir para la lucha de los obreros en los socavones de Río Turbio: con unidad clasista o electoralismo democratizante? ¿Cómo puede servir a los bancarios del Patricios, a los jubilados, a los desocupados de las barriadas de Neuquén o Florencio Varela, o al conjunto de los docentes? ¿Cómo puede servir para la solidaridad con los Sin Tierra de Brasil o los mineros y cocaleros de Bolivia: unitario de clase o divisionista electorero?
El Partido Obrero declara abiertamente que lo que está en juego el 1° de Mayo es simplemente esto: o estrategia de independencia obrera o recauchutaje de experiencias democratizantes, sean patronales o pequeño burguesas. Por esto mismo creemos que la movilización del 1° de Mayo debe adquirir un alcance mayor que en el pasado, mediante actos de unidad obrera y clasista en la mayor parte de las ciudades y pueblos en toda la semana previa al primero. Es necesario poner al próximo 1° de Mayo en el verdadero contexto de la lucha política en Argentina: mientras el polo político capitalista del peronismo y la Alianza se consuma en el fracaso ante la crisis y se descompone con rencillas internas, los trabajadores necesitan vitalmente una salida que hable en su propio nombre.
Llamamos a todos los partidos de izquierda y a todas las organizaciones luchadoras no partidistas a organizar un 1° de Mayo internacionalista en común, con la clara conciencia de que marchamos de este modo a la consumación de una estrategia política.